La cesión atascada del Arcángel
El club se niega de partida a cualquier tipo de contraprestación incluso si ésta es en especie como actividades promocionales o publicidad

La cesión del estadio municipal Nuevo Arcángel al Córdoba CF ha entrado en una vía muerta donde, en una misma mesa, se hablan idiomas distintos. El presidente de la entidad, Carlos González, lo explicaba ayer en una entrevista publicada en el diario «Marca»: «Ahora me quieren cobrar un millón y pico de euros por el alquiler del estadio». El gobierno municipal se ha propuesto no entrar al trapo aunque la estupefacción en Capitulares es evidente. Primer dato de relevancia: durante las negociaciones abiertas nunca se ha puesto encima de la mesa una cifra concreta por la contraprestación de uso de las instalaciones.
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La legislación en vigor sobre bienes públicos impide la cesión gratuita de suelo o edificios municipales a entidades con ánimo de lucro. Y el Córdoba es una sociedad anónima, una empresa. El gobierno municipal transmitió al club durante las negociaciones que no quería que se le pagase dinero, sino establecer un sistema valorado de contraprestación en especie que permitiera salvar el escollo de la tramitación jurídica del expediente. Es decir, no quería que el Córdoba pasase por caja pero sí que se arbitrase una fórmula para canjear el uso del Arcángel a cambio de algo. Y ese algo pueden ser desde actividades promocionales a publicidad, sin coste en dinero para el Córdoba. El Consistorio ha declarado, por ejemplo, que se busca la manera para compensar las obras que está realizando el club en el Arcángel previo inicio de la Liga. Los trámites burocráticos hacían inviable que se terminase a tiempo.
«No» de cualquier modo
La directiva del club se niega a hacerse cargo de ese canon, de la manera que sea, por una cuestión de partida. Considera que no debe de hacerlo y que el uso de las instalaciones debería formar parte del apoyo de la ciudad al Córdoba CF. El problema, en estos momentos insalvable, es el contenido de la legislación. En otra etapa, se intentó usar la fundación del club —ésta sí, sin ánimo de lucro— para la cesión de unos terrenos públicos para la Ciudad Deportiva. La operación tampoco salió bien porque no se generaban las plusvalías necesarias.
La segunda de las cuestiones por las que las negociaciones se encuentran paralizadas es la exclusividad. El club la reclama toda y el Ayuntamiento cree que es viable ceder el uso preferente pero no estrictamente único del estadio. El acuerdo de cesión se firmaría por mucho tiempo y nadie sabe qué puede ocurrir. Desde que surja una entidad deportiva que necesite unas instalaciones que se han pagado a costa del dinero de todos a que el propio Ayuntamiento tenga que usarla para conciertos organizados por la institución o por terceros. La primera de las alternativas es menos realista. Córdoba no parece una ciudad, como Milán, donde dos equipos juegan en el Giuseppe Meazza (o San Siro), que es de propiedad municipal. O Sevilla, donde los dos equipos locales tuvieron un fuerte debate para mudarse al Olímpico. La alternativa de los usos culturales —propios o ajenos— del estadio del Arcángel no es tan rara. El campo se utiliza como sede de conciertos y, en estas condiciones, no parece un disparate que quien ha pagado las obras —el Ayuntamiento— tenga algo que decir sobre quién puede usarlo.
¿Desinterés?
La realidad es que el Córdoba juega de forma habitual en el Arcángel —cedido de formar precaria para usos deportivos— y que la cesión no es, a día de hoy, una prioridad. El propio presidente del Córdoba ha asegurado que la Ciudad Deportiva es, en realidad, su objetivo de referencia. En estos momentos, existe un protocolo firmado entre las partes sobre la cesión del estadio que permitiría al Córdoba amplios poderes e incluso la explotación inmobiliaria de una parte del edificio inacabado de preferencia. Las críticas de González al PP tampoco son expresamente signo de negociaciones tranquilas. «El Ayuntamiento jamás le ha dado nada al Córdoba», afirma en «Marca» el presidente de una entidad que pasó a ser Sociedad Anónima Deportiva porque el Consistorio realizó una operación de ingeniería financiera que supuso subvencionar con 800 millones de pesetas de la época al club.
¿Seguro que no hay prisa? La tarascada verbal del presidente del Córdoba contra el alcalde oculta una realidad contable. Y es que el club sí que necesita formalizar la cesión. Es el primer interesado. En las cuentas del club del año 2011, la sociedad ya incluyó la cesión del estadio como un activo. Es decir, se adelantó a los papeles e hizo constar una operación jurídica que, a día de hoy, no se ha producido. El Córdoba engordó su activo y evitó encontrarse con una situación muy problemática. Las cuentas se auditan cada año y la vigilancia sobre las entidades deportivas es cada vez mayor. Y la cesión no acaba de cerrarse con un activo que consta en libros.
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