Descubrieron y desarrollaron la proteína verde fluorescente, pieza clave en la biomedicina contemporánea al hacer visibles procesos como la propagación de las células cancerígenas
Actualizado Miércoles, 08-10-08 a las 15:31
Los estadounidenses Osamu Shimomura (de origen japonés), Martin Chalfie y Roger Y. Tsien han obtenido el Premio Nobel de Química de 2008 "por el descubrimiento y desarrollo de la proteína verde fluorescente, GFP", según ha informado la Real Academia Sueca de las Ciencias. Entre los tres se repartirán a partes iguales el premio, dotado con diez millones de coronas suecas (un millón de euros).
Osamu Shimomura, nacido en 1928 en Kioto, es profesor emérito del Laboratorio de Biología Marítima de Woods Hole y de la Universidad Médica de Boston, en el Estado de Massachusetts (Estados Unidos). Martin Chalfie, nacido en 1947, es profesor de Biología en la Universidad de Columbia, en el Estado de Nueva York, y Roger Y. Tsien, nacido en 1952, es profesor de la Universidad de California, en San Diego.
El de Química es el tercero de los Premio Nobel de 2008 que se falla tras los de Medicina y Física. El primero, dado a conocer el lunes, premió la labor del alemán Harald zur Hausen, descubridor de los virus del papiloma humano que causan el cáncer cervical, y los franceses Francoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier, descubridores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) causante del sida.
Este martes los premiados fueron los japoneses Toshihide Maskawa y Makoto Kobayashi y el estadounidense de origen japonés Yoichiro Nambu. Pioneros de la física subatómica a los que la Academia Real Sueca de las Ciencias ha querido reconocer sus trabajos sobre las simetrías que han sido determinantes para la comprensión de la composición de la materia.
La proteína fluorescente, clave en la biomedicina
La Academia Real Sueca de las Ciencias de Estocolmo ha destacado que la proteína verde fluorescente, observada por primera vez en las medusas, se ha convertido en un instrumento clave en la biología y la medicina contemporáneas. Gracias a la fluorescente verde (GFP, por sus siglas en inglés), los científicos han logrado hacer visibles una serie de procesos que antes eran invisibles, como el desarrollo de células nerviosas en el cerebro o la propagación de las células cancerígenas.
De sus experimentos se llegó a una serie de desarrollos esenciales como, por ejemplo, la observación de las células que producen insulina en el páncreas de un embrión o el deterioro de las células en los pacientes de Alzheimer.
Shimomura logró aislar el GFP en la Aequorea Victoria, en las corrientes marinas de las costas de Norteamérica, y descubrió que la proteína se vuelve verde bajo el efecto de los rayos ultravioletas, mientras que Chalfie desarrolló sus efectos en la biología a través de posteriores experimentos. Su colega estadounidense Tsien contribuyó con sus estudios al conocimiento general de los efectos fluorescentes de la GFP y extendió asimismo la paleta cromática a células de diferentes colores.
Los Nobel de Literatura y de la Paz centran la atención
Como cada año, la elección en Literatura, este jueves, y la Paz, el viernes, acaparan la atención por encima de las otras cuatro categorías, Medicina y Fisiología, Física, Química y Economía, que se concoerá el lunes de la siguiente semana.
La polémica por las críticas del secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, a la literatura estadounidense, a la que calificó de "insular" tras defender que Europa es el "centro" del mundo literario, y la falta de favoritos claros para el Nobel de la Paz han marcado el inicio de la ronda de ganadores de los centenarios premios.
La totalidad de los galardones se dan a conocer y se entregan en Estocolmo, a excepción del de la Paz, cuyo anuncio y ceremonia tienen lugar en Oslo. El premio está dotado con diez millones de coronas suecas -un millón de euros, 1,35 millones de dólares- y se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.

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