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«El joven Murillo» desmitifica la imagen del artista maltratado por la crítica

Una chica observa la obra "Joven y la mujer Pitufar". FOTOS: EFE/José Manuel Vidal

La exposición "El joven Murillo" , que desde mañana y hasta el 30 de mayo se podrá ver en el sevillano Museo de Bellas Artes", reúne 60 obras del maestro que, según el comisario de la muestra, Benito Navarrete, "desmitifican la imagen del artista maltratado por la crítica y la historiografía".

"Murillo fue un artista de su tiempo, con los pies en la tierra, no sólo un pintor de Inmaculadas y de Sanjuanitos", dijo Navarrete, quien aseguró que su estrecha relación con los franciscanos, que denunciaron "la triste herencia de los desvalidos", le hizo cobrar conciencia social, como demuestran tantos lienzos de esta exposición.

De los sesenta cuadros, 16 se ven por primera vez en España desde su salida del país, 25 proceden de museos del extranjero y una veintena, del de Sevilla, si bien la colección reunida para "El joven Murillo" supone el 70 por ciento de la producción del Murillo joven y el 80 por ciento de todos los cuadros solicitados por los diseñadores de la muestra, según los cálculos del comisario.

Navarrete, que dudó de la conveniencia de reunir en una sola exposición el cien por cien de lo producido por un artista en una época concreta de su carrera creativa, admitió tener "clavada la espina" de que el Museo del Prado no haya cedido "La adoración de los pastores". Otros lienzos, como uno del Louvre u otros que se conservan en museos estadounidenses, no han viajado por sus dimensiones, de hasta cinco metros de lado.

Sobre los numerosos museos en el extranjero, Navarrete ironizó diciendo que "no todo se lo llevaron los franceses", en alusión a la guerra cuyo bicentenario se conmemora, sino que también "el Estado permitió la venta de estas obras" mediante la desamortización.

En 1646, Murillo, que nació en 1617, ya había triunfado en Sevilla con la serie de trece lienzos que se le encargaron para el claustro chico del desaparecido Convento de San Francisco, de los que en esta exposición se enseñan seis.

Navarrete destacó el hondo significado social de cuadros como "San Diego de Alcalá dando de comer a los pobres", "La vieja desdentada", "La vieja hilandera" o en el que inmortalizó a una vieja con un niño en el barrio de Triana.

La muestra, organizada por los museos de Bellas Artes de Sevilla y Bilbao, ya se ha visto en la capital vascongada, donde registró 74.000 visitas. A los cuadros destacados por el comisario se añadieron los señalados en la presentación a la prensa por la consejera andaluza de Cultura, Rosa Torres, como el de "La Virgen entregando el rosario a Santo Domingo", y los famosísimos "El piojoso", que se conserva en el Louvre, y los "Niños comiendo uvas". Si esos cuadros manifiestan la temprana conciencia social de Murillo, otros también fueron destacados por Torres, como la "Magdalena" o la "Santa Catalina de Alejandría" por equiparar la devoción con la expresividad.

Según los promotores de la exposición, se trata de "la primera muestra que aborda el periodo formativo de Murillo , su engranaje con el primer naturalismo y su identificación con la doctrina de la justicia social predicada por los franciscanos, así como la primera vez que se contextualiza su obra en un marco cultural y en la historia de las mentalidades".

Los pinceles de Murillo trazan un retrato de la Sevilla del siglo XVII, en la que, según Torres, convivieron los arrabales infectos con los suntuosos palacios, mientras que los especialistas han asegurado que la etapa inicial de Murillo ha sido la menos estudiada, por lo que han incidido en la faceta pedagógica de la muestra.

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