La colección Pickman reúne más de 15.000 piezas de cerámica del XIX y XX

Durante la pasada semana cientos de legajos y documentos de la Fábrica de la Cartuja de Sevilla , hoy situada en la localidad de Salteras, fueron sacados de sus instalaciones para ponerlos a buen recaudo debido al posible deterioro del papel como consecuencia de la humedad de este invierno.
Esta noticia ha despertado la ansiedad entre los trabajadores de la fábrica y los sevillanos en general, sobre el futuro de las piezas de la colección Pickman, que actualmente están aún expuestas en el Museo de la Fábrica, inaugurado el 23 de diciembre de 1992 con motivo del ciento cincuenta aniversario de la constitución de la empresa.
La historia y vicisitudes de la colección va pareja a la situación laboral de la fábrica.
La colección fue declarada en el año 1996 Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, y en el año 2001, por la condonación de la deuda contraída por la empresa con la Seguridad Social, el Estado se quedó con la propiedad de las piezas, ortorgándole la tutela al Museo Nacional de Artes Decorativas.
Carlos Bayarri Muñoz fue conservador de la Colección y director del Museo. Empezó a trabajar en los talleres de decoración de la fábrica cuando ésta se encontraba en el Monasterio Santa María de las Cuevas, dirigiendo el taller de pintura a mano. Posteriormente, y durante catorce años hasta el 2004, fue comisario de la exposición itinerante de las piezas de la Cartuja que recorrió el territorio español y varias ciudades de Europa. La primera exposición fue en los Reales Alcázares de Sevilla y la última, junto con Lladró, en la Casa de la Provincia de Sevilla en 2004.
Durante la Expo 92 varias valiosas piezas de la colección Pickman estaban situadas en el denominado Pabellón Real que ocupaban sus Majestades los Reyes. «Allí estaban los famosos tarjeteros algunos jarrones art-decó. Por eso el museo se inauguró tras la Expo, porque las piezas estaban en Cartuja».
El museo tiene catalogadas más de 15.000 piezas, «entre cerámicas, planchas, legajos, libros.., todo. Ahora lo que se ha trasladado es el archivo histórico».
Para Carlos Bayarri, «la colección es un patrimonio muy importantes para los trabajadores de Cartuja. Recuerdo cuando la trasladamos a la fábrica de Salteras en camiones llenos de paja. Yo mismo llevaba incluso alguna pieza en mis manos». .
Miles de visitantes
Durante los catorde años de exposición itinerante cientos de miles de personas han visitado la colección de la Cartuja. «Hicimos en catorce años alrededor de 50 exposiciones con un éxito extraordinario. En Bruselas se inauguró en la sede del Instituto Cervantes. La colección siempre ha estado muy bien vista y costeada por instituciones como Caja Duero, Caja España, Unicaja, Cajasur; ha visitado innumerables lugares emblemáticos, como el Museo de la Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso, el crucero del Hospital Real de Granada por la conmemoración del 500 aniversario de la fundación de la Universidad, aquí en Sevilla en el Real Alcázar..., se llegaron a hacer hasta seis exposiciones al año. Una barbaridad».
Durante esos catorce años jamás se rompió una pieza, ni hubo ningún incidente. «Se trasportaban entre 150 y 200 piezas de distinto tamaño. Se diseñó un complejo sistema de embalaje anatomizado de las piezas».
Sin dudarlo, dice Carlos Bayarri, «en cuanto a cerámica es de las más importantes de España, teniendo en cuenta que es una colección del siglo XIX. En la zona de Levante se han hecho numerosas exposiciones y se ha valorado muchísimo. Y en Muel (Zaragoza), donde hay una reputada escuela de cerámica, se echaban las manos a la cabeza cuando veían nuestras piezas. Ellos organizan exposiciones a nivel mundial y reconocen el valor».
Las exposiciones se terminaron de realizar por los problemas de la fábrica, aunque hace dos años se inauguró en Villajoyosa (Alicante) una casa palacio, «en parte con la colección Pickman, dado que lo organizaba el Museo de Artes Decorativas. Desde el año 2000, cuando movíamos la colección teníamos que pedir permiso a este museo, pero siempre nos lo dieron».
Carlos Bayarri dice que Pickman posee tal colección que tiene para hacer varios museos. Aboga porque la colección vaya bien al Real Alcázar o al Monasterio de la Cartuja, que fue sede de la fábrica, «lo que me tranquiliza es que la colección es Bic y no se va a desmembrar, pero lo que ignoro es dónde se instalará finalmente. Eso sí, no se debería permitir que saliera de Andalucía», afirma.
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