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El progresismo combativo de la revista

Julio Martínez Velasco presentó ayer el libro «La revista» (Guadalturia editores), primera obra que se edita en España sobre este género teatral que llenó muchos escenarios y que tuvo su apogeo en la España de la posguerra

andrés gonzález-barba

La revista es uno de los géneros teatrales que más éxito popular tuvo en España, sobre todo en su época de apogeo, desde 1940 a 1975. Posteriormente ha sido denostada por la crítica hasta caer en el olvido al cabo de los años, pese a ser el género más progresista y combativo que ha habido en teatro. Por eso, hay que destacar el valor que posee el estudio efectuado por el escritor y periodista Julio Martínez Velasco , que ayer presentó «La revista» (Guadalturia editores) , primer libro publicado en España sobre este tipo de teatro popular que durante tantas décadas llenó los escenarios no sólo de España, sino también del resto de Europa y los de Broadway .

Los orígenes de la revista en España hay que situarlos en la segunda mitad del siglo XIX. En ese sentido, el sevillano José María Gutiérrez de Alba, natural de Alcalá de Guadaíra, creó la primera revista que nació en nuestro país, «1864-1865», título tomado a su vez de otro que descubrió durante su estancia en París, en donde conoció la obra «1841-1941», que predecía cómo sería el París del año 1941, aunque por supuesto sin intuir la barbarie de la ocupación nazi. A partir de esta obra se creó un género conocido como revista que se llamó así porque se pasaba revista a la actualidad política, cultural, taurina y económica de un año, caricaturizándose a políticos, clérigos, literatos, toreros y artistas. Tras el éxito inicial de Gutiérrez de Alba surgieron otros muchos imitadores que copiaron la fórmula. Fue otro sevillano, Felipe Pérez González, quien consolidó el nuevo género al escribir el libreto de «La Gran Vía», en la que se hacía una crítica mordaz sobre el Ayuntamiento de Madrid.

El éxito de «La Gran Vía»

«Como no había al principio compañías de revista, y este género necesitaba como en las zarzuelas de coros y orquestas, las compañías líricas representaban las revistas», admite Julio Martínez Velasco. «La Gran Vía» fue representada por compañías de zarzuela, «pero es una revista, no tiene argumento, los personajes son simbólicos y la crítica contra el Ayuntamiento de Madrid es feroz», matiza este autor.

La revista vivió diversas etapas en la que fue desarrollándose como género teatral. De la fase inicial de sus orígenes en el siglo XIX pasó a la evolución de los años 1910 a 1936. Una característica particular fue que tuvo su mayor difusión en los periodos de posguerra. Este género combatía la moral hipócrita de la época y defendía a la mujer, queriéndola liberar, algo que era muy progresista para la época. En ese sentido, la mujer «se presenta activa en los escarceos amorosos ya que en los libretos de las revistas las que seducen son ellas. Los progres actuales no se han dignado a escribir sobre este género porque lo tildan de conservador e intrascendente, pero eso no es cierto porque esa valentía es muy trascendente y la revista ha abierto caminos hacia la desinhibición de aspectos sexuales», dice este experto.

La época de apogeo

La revista vivió su época de apogeo tras la Guerra Civil, entre 1940 y 1975. En esos años empresarios como Colsada hallaron un filón con parejas tan exitosas como la de Gracia Imperio y Luis Cuenca, uno de los grandes maestros en la revista española. La reina de la revista fue la vedette argentina Celia Gámez, que obtuvo un gran éxito en España con temas musicales como «Pichi», «Los nardos» o «Las leandras». Otras vedettes importantes fueron Carmen de Lirio, Tania Doris, Nati Mistral o Esperanza Roy, que triunfaron a lo largo de estas décadas. Tampoco conviene olvidar a una pareja cómica de gran éxito como Zori y Santos , añadiéndose luego Codeso. Ya en la época de los sesenta despunta el talento de Lina Morgan, a la que se sumaron otros grandes del género como Quique Camoiras o Juanito Navarro. También llegaron actores de la talla de Antonio Garisa, Tony Leblanc, Alfonso del Real, Antonio Ozores o Andrés Pajares, entre otros.

Para Martínez Velasco fue más eficaz «cambiar la sociedad con la revista que con el mismísimo teatro de Bertolt Brecht, al que sólo lo veía una minoría intelectualr». El declive de este género llegó con el destape a partir de 1976 .

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