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denuncia

Piden 350.000 euros al SAS por la muerte de un hombre por cáncer

La viuda y las dos hijas del fallecido creen que hubo retraso en el diagnóstico y sufimiento inncesario

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La viuda y las dos hijas de un hombre de 52 años fallecido como consecuencia de cáncer de faringe han reclamado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) una indemnización de 350.000 euros por daños y perjuicios ante el presunto retraso en el diagnóstico y el sufrimiento innecesario padecido por el enfermo hasta su muerte en julio de 2009.

La mujer del fallecido, Emilia P. , explicó que en 2005 su marido empezó a sentir " dolores musculares en el cuello " que su médico de cabecera atribuyó a una "contractura muscular", por lo que le recetó una tratamiento para paliar el dolor y aconsejó al paciente que acudiera a la mutua aseguradora que le correspondía por su puesto de trabajo. Una vez allí, señaló Emilia, la doctora que lo atendió le diagnosticó una "hernia cervical" que, según dice, "se ha demostrado que no era aunque fue -a su juicio- lo más fácil de diagnosticar". Tras esto, el marido de Emilia se incorporó a su puesto de trabajo a pesar de que continuaba con "una rigidez en el cuello" permanente y unos "dolores increíbles".

No fue hasta finales de 2006, cuando Ignacio P. S. acudió al médico de cabecera de nuevo aconsejado por los resultados del reconocimiento médico anual laboral, al presentar una leucocitosis --aumento anormal del número de leucocitos circulante-- sin aparente explicación, que además no consta en la historia médica obrante en el expediente administrativo correspondiente al centro de atención primaria del Aljarafe. Ante tal situación, su médico de cabecera "no le da mayor importancia", al igual que en las siguientes consultas a lo largo de todo el año 2007, cuando acude por presentar "fiebre, dolor de garganta, oído y cabeza , y por la noche no podía respirar", síntomas que, según Emilia, el facultativo atribuye a "un resfriado".

"El médico nos dice que todo lo que tenía era por el tabaco", aseguró Emilia, a lo que añadió que "cada vez estaba peor" e incluso sufría una fuerte ronquera y dificultad en la voz. No obstante, el paciente continuó acudiendo a su médico porque seguía con las mismas molestias, si bien el facultativo le diagnosticó finalmente una "faringitis crónica" . Tras más de un año de visitas al médico de cabecera, Emilia pidió en 2008 que lo derivaran a un especialista en otorrinolaringología, cosa que hace el médico, pero "de forma ordinaria, no urgente". Por tanto, el paciente no es estudiado por primera vez por un otorrinolaringólogo, en el Hospital de San Juan de Dios de Bormujos, hasta mayo de 2008, quien inmediatamente evidencia una tumoración hipofaríngea que se biopsia en junio de 2008 con resultado de un "tumor cancerígeno".

«Me decían que todo era por culpa del tabaco»

Durante la consulta, el médico especialista que le atendió les preguntó "cómo" había tardado tanto en acudir a él, a lo que respondieron que llevaban "más de un año" explicando las molestias que padecía Ignacio y "nunca" le habían echado cuenta . "Me decían que todo era por culpa del tabaco", reiteró. "El especialista me dijo que la pinta era muy mala, que se había tardado muchísimo en acudir a un otorrinolaringólogo y que era un cáncer", insistió, a lo que añadió que se encontraba en "estadio de grado III" sin metástasis. Así las cosas, acudió al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para tratar la enfermedad donde le comentaron que, a pesar de la evolución del tumor, era operable, aunque la facultativo que la atendió en oncología "se marchaba de vacaciones" y sería "una sustituta" la que intervendría a su marido.

"Una vez en el quirófano y antes de iniciar la operación, la doctora nos dice que en lugar de operarlo le van a reducir el cáncer con radioterapia y quimioterapia porque era muy grande y después lo operarían", comentó Emilia, que añadió que una vez con el tratamiento de radiación no se puede intervenir al paciente. No obstante, tras iniciar el tratamiento, en un principio el paciente reacciona muy bien consiguiendo una aparente remisión de la enfermedad, pero a principios de enero de 2009 tuvo un empeoramiento y, pese a la "fiebre muy alta" con la que se manifiesta, la doctora que lo trataba, a la que le consultaron la situación le dijo que "era gripe" y no consideró el adelanto de la fecha que tenía el paciente para la revisión normal de radioterapia en febrero de 2009.

La evolución fue muy y dolorosa hasta su fallecimiento el 31 de julio de 2009

A partir de aquí, según la demanda, la evolución fue muy tórpida y dolorosa hasta su fallecimiento el 31 de julio de 2009 en el Hospital de Marbella (Málaga), a lo que sumó que la asistencia durante los últimos meses estuvo plagada de incidentes que retrasaron el tratamiento y aumentaron el dolor del paciente de forma innecesaria. Así, el recurso de esta familia solicita que se declare nulo y no conforme a derecho el acto recurrido, consistente en la denegación por silencio administrativo de la reclamación de daños y perjuicios por responsabilidad patrimonial de la administración interpuesta, declarando haber lugar a la indemnización y condenando por tanto al SAS al pago de la misma.

«Su sufrimiento se podría haber evitado»

Así las cosas, la viuda explicó que con su marido cometieron "todos los errores que se pueden cometer", desde " ponerle un tipo de quimioterapia que no está indicada para una persona a la que le faltaba un riñón " hasta darle instrucciones equivocadas sobre cómo introducirle la alimentación por sonda directa al estómago. De igual forma, relató que unos días antes de morir, en una revisión previa a la quimioterapia, "una doctora sustituta, sin mirar el TAC ni la analítica, le dijo que estaba muy bien y que iba a darle otra sesión", además de darle permiso para irse a la playa.

Allí, sufrió la "rotura de la arteria carótida" y murió poco después en el Hospital de Marbella. Con respecto a las últimas horas de Ignacio, su mujer recordó que "no paraba de gritar de dolor y se negaban a sedarlo, fue una noche terrible y sufrió muchísimo". "El sufrimiento fue horrible y él me decía si todas las equivocaciones las iban a cometer con él. Fue horrible y este sufrimiento se podría haber evitado, estuvo toda la noche en agonía y fue inhumano.

Sufrió la «rotura de la arteria carótida» en el transcurso del tratamiento

El era muy buena persona y no se merecía esto", lamentó visiblemente afectada. Por ello, su viuda está dispuesta a acudir a la vía penal para pedir "justicia" para su marido "y que paguen todo el daño que han hecho". "No me van a devolver a mi marido, mis hijas y yo estamos destrozadas, pero al menos evitar que haya más personas que pasen por lo mismo", concluyó.

Por su parte, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía está revisando la información clínica del paciente para tener el recorrido completo de su atención sanitaria para cuando el juez les cite a declarar. Añaden que están a disposición del juzgado de lo contencioso-administrativo que lleva el asunto.

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