Flores, peinetas, mantoncillos, alfileres, pendientes, pulseras, collares... La compra de los complementos de flamenca supone cada año un nuevo ritual para aquéllas que estrenan trajes de faralaes o, simplemente, pretenden jugar con los colores y cambiar su apariencia, luciendo vestidos de algunos años atrás. La cuestión no son los abalorios, sino donde se compren.
En este caso, los que se llevan el gato al agua son los comercios regentados por orientales, las denominadas «tiendas de chinos». Primero fueron restaurantes, pero más tarde pasaron a ser locales de alimentación, supermercados, mercerías, tiendas de ropa... donde se puede adquirir de todo. Y donde no faltan esos complementos de flamenca, en una amplísima gama de colores y formas. De ahí que este tipo de negocios esté a rebosar estos días previos a la Feria.
«La competencia hace daño, sumado a las irregularidades de estos locales»
Otros negocios como Molina Moda Flamenca, con 30 años en el sector, pueden presumir de que apenas han notado esa pugna con los comercios chinos, pues mantienen unos precios asequibles, «muy similares a los de ellos», comentan a abcdesevilla.es.
Asimismo, Tomás González, vicepresidente de la Confederación Provincial de Comercio y Servicios de Sevilla (Aprocom), asegura que «la competencia de los comercios chinos está haciendo daño al sector, sumado a la cantidad de irregularidades que se dan en este tipo de locales, como el incumplimiento de horarios, la carencia de licencias de apertura...». «La Administración es la culpable aquí, pues se debería dar un tratamiento igualado y que se cumplieran las ordenanzas», añade.