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El alcalde de la mayoría, que debe serlo de todos

La victoria electoral del 22-M es histórica, pero también es historia

Día 23/05/2011 - 07.37h

El principal error político de los muchos que ha cometido Sánchez Monteseirín en los últimos años fue no mirarse al espejo cada mañana para recordarse que en 2007 perdió las elecciones a pesar de lo cual era alcalde. Zoido tendrá que mirarse hoy al espejo por primera vez como alcalde y, si no ha olvidado su primer compromiso ante los sevillanos, habrá de recordarse que a pesar de tener la más amplia mayoría jamás conocida en el Ayuntamiento de Sevilla es el alcalde de todos.

La victoria electoral del 22-M es histórica, pero también es historia. Desde hoy el PP tendrá que demostrar que no está dispuesto a defraudar a personas como el tendero de Su Eminencia, Juan Gallardo, que protagonizó el acertado spot de su campaña, en una muestra más de que Zoido ha contado con un equipo sólido que se puso a trabajar el 28 de mayo de 2007 con un objetivo: que fuera alcalde. La de ayer también es una victoria de la forma de trabajar de su equipo de colaboradores, y la venganza perfecta a cuantos criticaron su maratón de visitas a los barrios en los que fue sumando la confianza de los vecinos que nunca habían pensado hasta ese momento en otorgarle su confianza. Zoido, desde que llegó a la política municipal aprendió, y hasta ayer ha repasado, la lección que sus opositores, pendientes del poder, olvidaron: no perder la calle.

Sevilla ha mandado a la oposición a socialistas y comunistas a purgar sus pecados tras ocho años de un Gobierno contestado por el 70% de los sevillanos según reflejaban las encuestas. La estrategia socialista de cambiar su candidato, algo que ya le salió bastante mal con el único alcalde que hasta ayer había gobernardo Sevilla con mayoría absoluta, Manuel del Valle, nos deja sin conocer qué hubiera pasado si Monteseirín, el alcalde más longevo en el cargo en la democracia, hubiera sido el candidato. El cambio impuesto por el secretario provincial, José Antonio Viera, en la persona de Juan Espadas ha fracasado, no sólo entre el electorado sino entre su militancia, que advirtió de los errores del equipo de campaña y de la defenestración de las agrupaciones que sustentaron durante doce años el bastión y el bastón de Monteserín, posiblemente el socialista que menos perdió ayer. Hace un año se sabía perdedor.

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