Córdoba

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Luis Pastor y el tiempo de la poesía

El cantautor lleva los versos del Premio Nobel José Saramago hasta el Gran Teatro en un concierto en el que cantó con su «compañera», Lourdes, y la Orquesta de Córdoba dirigida por Leonardo Martínez Cayuelas

Día 13/07/2011 - 09.06h

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En esta esquina del tiempo se encontró de nuevo Luis Pastor con Córdoba, sin guitarra y con orquesta. El concierto del cantautor extremeño fue anoche una delicia para los oídos y otra para los sentidos. Una delicia en su voz, con poemas de José Saramago que cantó en portugués y en español, y en los sonidos de la Orquesta de Córdoba dirigida por Leonardo Martínez.

Su voz suave y áspera recorrió los poemas del Premio Nobel de Literatura grabados en su último disco, en 2006, con el título de «Nesta esquina do tempo», a los que puso música siguiendo, más que nunca, la inspiración de los ritmos portugueses y canarios.

Portugal y Canarias estuvieron con Luis Pastor en el escenario en todo momento. Después de que sonara la voz de Saramago recitando «14 de junio», comenzó el concierto, que el cantautor compartió con su mujer, Lourdes Guerra, con la que mostró gran complicidad frente a un público que medio llenó el Gran Teatro.

Pastor cantaba y Lourdes reforzaba su voz con elegancia y calidez. Se miraban, comentaban en voz baja al oído y bailaron agarrados una de las canciones, «Aproximación».

La primera que sonó fue la que da nombre al espectáculo, «En esta esquina del tiempo». La cantó Luis con su timple canario, del que echó mano en más ocasiones durante el recital de anoche en el que sólo dos temas fueron en español. El cantautor explicó por qué: los poemas fueron musicados en el otro idioma.

En realidad, todo el concierto fue, como sus disco-libros, un concierto-libro. Luis Pastor leía en español y después cantaba en portugués los temas. Contaba historias relativas al disco, a la grabación, a su encuentro con José Saramago en 2005, cuando le dijo que quería musicarlo medio en broma o a su pronunciación en portugués que el Premio Nobel de Literatura le corrigió porque no lo hacía como debía.

Luis Pastor explicaba la música de algunos de los temas, las palabras de los poemas, y los comentaba; recordó sus inicios en la canción española que luego dejó, y cantaba, sobre todo cantaba.

La música estaba en su voz y también en sus movimientos, en su expresividad. Bailaba al son de la Orquesta de Córdoba, con cuyo director tuvo bastante sintonía. Leonardo Martínez le aplaudía y le expresaba su conformidad con lo que hacía.

Luego siguió contando Luis Pastor que «hubiera sido un placer para José Saramago asistir a este concierto», y cantó y se dejó mecer por la música. Incluso se atrevió con un quejío que le sonó flamenco en «Ergo uma rosa», que acabó alzando la mano como si en ella tuviera la flor. Le dijeron «¡Bravo!» desde el público, que le dio aquí uno de los más sonoros aplausos de ayer.

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