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«Los rojos me persiguen, he escondido mi mejor tesoro»

Una carta encontrada en la parroquia de Lepe remite a un tesoro que resulta ser inexistente. Todo apunta a una broma

«Los rojos me persiguen, he escondido mi mejor tesoro» ABC

JAVIER AZCÁRATE

Una broma pesada provocó que ayer se tuviera que levantar parte del coro de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán en Lepe en busca de un supuesto tesoro escondido en el lugar en el año 1936. Fueron los componentes del grupo flamenco onubense Manguara, que se disponía a cantar en una boda en el templo, los que encontraron el pasado viernes el manuscrito en el que se decía textualmente: «Año 1936. Los rojos me persiguen, he escondido mi mejor tesoro cinco losas a la izquierda. Si muero espero que caiga en buenas manos». La carta se encontraba bajo una loseta en la zona del coro de parroquia.

El hecho se tomó en consideración ya que esta iglesia sufrió en los primeros días de la Guerra Civil ataques de las fuerzas republicanas, tal y como reflejan documentos de la época. Concretamente, la parroquia fue asaltada con violencia poco después del levantamiento, el día 21 de julio de 1936, fecha en la que se destruyó gran parte del patrimonio artístico y de las imágenes de culto de esta iglesia. Ahí la cosa empieza a fallar porque no parece que un sitio atacado por las tropas republicanas fuera el lugar más idóneo para alguien del bando contrario esconder un tesoro. Tampoco la fecha consignada sólo con el año en el encabezamiento del texto era habitual en las cartas manuscritas de la época. Además, la caligrafía, perfectamente dispuesta y con todos los signos de puntuación, no parecía corresponderse con los tipos de letra al uso en aquella fecha.

Uno de los componentes del grupo Manguara, Domingo Cabello, detalló que cuando estaban ensayando para cantar en una ceremonia nupcial en la iglesia, notó que una loseta del coro se movía. Al levantarla, se encontró una cuartilla bastante deteriorada. «El papel se caía a trozos y cuando leímos lo que ponía nos quedamos sin palabras», matizó. Ellos, tanto él, como sus otros dos hermanos que también forman parte de este conjunto flamenco, estaban convencidos de que el documento era auténtico por lo que pidieron que se esclareciera el caso.

El párroco, Feliciano Fernández, que custodia el documento, se lamenta ahora por haber tenido que excavar esta parte del templo, una de las zonas sobre las que no se actuó en la última restauración de esta iglesia, a finales del siglo pasado.

Tras levantar ayer la losa descrita, ha asegurado que el albañil «ha profundizado en la zona y se ha buscado en dirección norte a sur, y de este a oeste, y no se ha encontrado absolutamente nada», por lo que descarta que continúe la investigación al respecto.

Preguntado por este periódico por lo sucedido, el párroco sospecha que «alguien haya depositado la carta para gastar una broma», por lo que ha insistido en que «no merece la pena gastar más cartuchos para esta inspección, que ya ha causado bastantes destrozos en la iglesia» con el levantamiento de la losa indicada en el escrito. Así pues, la picaresca de nuevo se da cita en este pueblo, que pronto sabrá hacer chistes con lo ocurrido.

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