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SIGUE LA INVESTIGACIÓN

El ADN vincula al presunto asesino en serie con el primer crimen

P. D. A.

Un último acto de valentía de la segunda víctima del presunto asesino en serie detenido en Málaga ha sido la pieza fundamental para desencadenar el caso y arrestar al sospechoso. M. A. P. G. se enfrentó a su asesino y durante el forcejeo consiguió arañarlo y servir a los investigadores restos biológicos que supuestamente coinciden con el ADN del arrestado. Una prueba fundamental que se une a las llamadas que desde el teléfono del sospechoso se realizaron a las víctimas antes de ser asesinadas.

Según confirmaron fuentes cercanas el caso, en la escena del crimen de M. A. P. G., en una habitación alquilada de un piso de la calle Jaén de San Pedro Alcántara (Marbella), se hallaron numerosas pruebas que a posteriori han sido fundamentales. Pero la más importante la aportó la víctima. La mujer, de origen ecuatoriano, 47 años y residente de Benahavís, se enfrentó a su asesino antes de sufrir una cruel muerte en la que los investigadores detectaron signos de sadismo y tortura. Durante la lucha, como demuestran las heridas de defensa en los brazos, logró arañar al criminal y llevarse con ella restos biológicos. Restos que se extrajeron en la autopsia y se mandaron a analizar con prioridad máxima cuando cobró fuerza la posibilidad de que un asesino en serie estuviese actuando en la Costa del Sol.

En Mijas

La hipótesis de una misma autoría para este crimen y para el que un mes antes -el 11 de agosto- se descubrió en Mijas se tornó en realidad más allá de las similitudes de las víctimas. Los investigadores de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se reunieron para intercambiar datos y comprobaron que en los registros de llamadas recibidas por las fallecidas coincidía que había contactado con ambas antes de ser asesinadas.

Ese número de teléfono móvil pertenecía al hombre ahora detenido, que desde mediados de mes comenzó a ser estrechamente vigilado y al que intervinieron las comunicaciones mientras se esperaban los resultados los restos biológicos hallados. El análisis del mismo, según las fuentes consultadas, se ha cotejado con una muestra indubitada del arrestado que lo sitúa sin ningún género de dudas en la escena del segundo crimen y como la persona a la que M. A. P. G. se enfrentó.

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