La Junta se gasta 3,9 millones al año en sus «embajadas» en el exterior
Las oficinas de Bruselas y Madrid, que escapan a los ajustes, costaron 703.940 euros en 2010, mientras los 21 centros de Extenda recibieron 3,22 millones

La Junta de Andalucía tiene una extensa red de «embajadas» y oficinas comerciales repartidas por cuatro continentes que apenas ha notado la poda de gasto público desde el estallido de la crisis. Al menos hasta el pasado año. Entre 2008 y 2010, coincidiendo con las exigencias de Bruselas para embridar el déficit, la presencia institucional del Gobierno andaluz fuera de sus fronteras ha costado a los andaluces 11 millones de euros . Durante 2010 los alquileres de las oficinas en el exterior, los planes de promoción y los gastos de funcionamiento y de personal consumieron 3,93 millones de euros de los presupuestos, según se desprende de la liquidación del pasado año facilitada a ABC.
Las 23 oficinas de que dispone la Junta en el extranjero se dividen en dos grandes grupos atendiendo a los servicios que prestan. Por un lado están las delegaciones oficiales establecidas en Madrid y Bruselas , cuya utilidad y difuso contenido han sido objeto de discusión permanente. Tienen un trasfondo más político que operativo. Prueba de ello es que dependen de la Consejería de Presidencia.
Por otro lado, a modo de «satélites» comerciales adscritos a la Consejería de Economía operan 21 oficinas que, con una vocación más profesionalizada que la de servir de escaparate institucional, cuentan con personal cualificado para apoyar misiones empresariales en el extranjero o asesorar a firmas andaluzas que buscan meter cabeza en el mercado internacional como salida al agujero económico interno. Estos centros dependen de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), están distribuidos por todo globo terráqueo y funcionan bajo tres fórmulas distintas. En primer lugar, hay 21 oficinas de promoción de negocios enfocadas a abrir puertas en el negocio internacional a los empresarios andaluces, así como a ampliar su cartera de clientes y contactos. De ellas cinco son, además, centros de promoción de negocios (ubicados en Shangai, Tokio, Bruselas, Londres y Moscú), cuya particularidad es que ofrecen una sede física en el país a las firmas que lo deseen.
Escasos recortes
Por último, están las denominadas antenas, que son servicios de apoyo a empresas a través de una consultora contratada «ex profeso» para esta función que trabaja de forma coordinada con una oficina de promoción de negocios de Extenda. Están emplazadas en Seúl, Argel, Luanda, Estambul, Bucarest, Kiev y Sofía.
Aunque la economía pinta bastos desde hace cuatro años, el Gobierno andaluz no se ha planteado, al menos por ahora, adelgazar sus delegaciones, a diferencia de otras regiones que ya han metido la tijera. Es el caso de la Comunidad Valenciana. El Gobierno de Alberto Fabra ha anunciado que cerrará cinco de sus 28 oficinas : las de Toronto y Beijing, cuya actividad asumirán otras próximas, y las de La Habana, Buenos Aires y Tokio, cuyo bajo nivel de actividad no justificaba su funcionamiento.
Peso de las exportaciones
El crecimiento de la estructura administrativa de la Junta en el extranjero no ha ido parejo con la evolución de las exportaciones andaluzas desde 2008. Las ventas al exterior ascendieron ese año a 16.832 millones de euros y alcanzaron su tope en 2010 con 18.472 millones. Según los datos acumulados de enero a agosto que publica el ICEX, Andalucía copa el 10,6 por ciento de la exportación española , muy por debajo de su peso demográfico (17,3%). A despecho de las estadísticas, el Ejecutivo de José Antonio Griñán, sigue más la senda del Ejecutivo catalán, que alentado por los ímpetus nacionalistas no sólo no ha reducido sus oficinas fuere —tiene 43, el doble que Andalucía—, sino que acaba de ampliarlas con la Casa de la Generalitat en Perpiñán .
Con crisis o sin ella, también el Gobierno andaluz ha seguido alimentando esta hipertrofiada maquinaria en el exterior que heredó de Manuel Chaves . Fue en la etapa de su predecesor cuando se produjo un crecimiento exponencial de la estructura administrativa que hizo que se le quedara pequeño el mapa de Andalucía.
Griñán en Bruselas
En 1994 se creó la delegación en Bruselas, que depende de la Secretaría de Acción Exterior, adscrita a Presidencia. No fue hasta un año más tarde, en junio de 1995, cuando el entonces consejero de Presidencia, Luis Planas , publica un decreto por el que la dota de contenido. Entre las funciones que le asigna figuran el seguimiento de las iniciativas de la Unión Europea que afectan a las competencias de la comunidad y el apoyo a los intereses de los sectores socioeconómicos de Andalucía a través de planes y ayudas que puedan beneficiarles.
La «embajada» de Bruselas ha cobrado un protagonismo hasta ahora inusual con motivo de la negociación de la Política Agraria Común (PAC), cuya reforma representa un torpedo contra la línea de flotación del campo andaluz, muy dependiente de las ayudas europeas. Levantar cada día la persiana de la delegación en el centro de decisión de la UE costó medio millón de euros durante 2010 a las escuálidas arcas autonómicas, sacudidas por la reducción de ingresos y una deuda creciente. En 2011 se ha dotado con 475.000 euros. Demasiadas alforjas quizás para tan poco viaje. Griñán sólo la ha pisado dos veces como presidente. Y así se lo ha recordado el líder del PP-A, Javier Arenas.
A la factura gastada en todas las oficinas en los últimos tres años, valorada en 11 millones, se suman otros 2,7 millones reservados en las cuentas de 2011 . De cumplirse las previsiones, por primera vez registrarían un descenso desde que la economía nacional y, en particular, la andaluza se estrelló contra el iceberg de la crisis.
Sin embargo, este sacrificio recae casi de forma exclusiva sobre los planes de promoción de los centros comerciales de Extenda, mientras que los gastos de funcionamiento registran un descenso inferior: pasan de 1,4 a 1,12 millones entre 2010 y 2011 .
Tampoco se aprecia un ahorro significativo en los gastos que lleva aparejados la delegación de la Junta en Madrid, cuyo presupuesto en 2010 — que se financia con transferencias de la Consejería de Presidencia — alcanzó los 203.940 euros.
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