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«Si estuvieran en la finca, el geo-radar lo hubiese detectado»

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El responsable de la firma que ha explorado el terreno de Las Quemadillas describe la complejidad de la búsqueda

Día 08/11/2011 - 09.26h

La exhaustiva búsqueda de los hermanos Ruth y José que la Policía ha llevado a cabo en la parcela de Las Quemadillas se ha valido de todos los recursos disponibles, desde equipos caninos hasta unidades de subsuelo y geo-radares. Pero ninguno de estos métodos han indicado que estén allí. La empresa encargada de rastrear mediante sistemas de detección electrónica cada rincón de la finca ha sido Condor Georadar, que dirige el técnico Luis Avial, y que ha operado sobre el terreno día y noche.

En declaraciones a ABC, este especialista explicó que el trabajo desarrollado en la citada propiedad ha sido «más que complejo» por varias razones. En primer lugar, la extensión de la parcela —unos 6.000 metros cuadrados— ha obligado a multiplicar los esfuerzos. «Además, el tipo de suelo, arcilloso, y la existencia de antenas, que bloquean la señal, han supuesto un plus de dificultad», indicó.

En lo que respecta a las labores llevadas a cabo en el interior de la vivienda, Avial concretó que la búsqueda difiere tan sólo «en un cambio de las antenas del geo-radar», que en este caso son de alta resolución. El objetivo no es otro que detectar la existencia de cavidades ajenas a la construcción de la casa o elementos exógenos.

«Tanto en el exterior como dentro del inmueble, el aparato nos indicó varias anomalías; en el caso del terreno de la finca, indicaban una cavidad por la erosión del agua de una tubería; en cuanto al trabajo dentro de la casa, eran arcillas».

En cualquier caso, el director de Condor Georadar dejó claro que «la finca se rastreó por completo; es cierto que en la zona de los naranjos, donde se encontraban los árboles plantados, no pudimos buscar bien; pero no hemos sido los únicos en actuar. Los perros de la Policía han peinado la parcela».

En su opinión, «los niños no están en la finca; si el radar hubiese pasado por encima, y repito que hemos buscado en cada rincón, lo hubiera detectado sin ningún problema», apuntó.

Cómo funciona

El georadar, según explicó Avial, efectúa un escáner de la estructura del terreno mediante impulsos electromagnéticos y detecta las estructuras de diferente orden técnico, cultural, arqueológico o antropológico.

El aparato está formado por un ordenador con un programa informático especial. Éste se conecta a su vez a una unidad central y a unas antenas que detectan los puntos donde la tierra ha sido removida e identifica la localización de fosfatos y por lo tanto de huesos.

Finalmente, en una pantalla muestra unos diagramas de colores, donde cada color representa un material distinto y su espesor. La profundidad máxima de detección de este equipo, en circunstancias normales, es de seis metros.

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