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La ÚLTIMA DE... | Rafel Campoamor, Ciberactivista cubano

«A partir de esta entrevista mi vida correrá peligro pero vuelvo a Cuba»

Fue una de las estrellas internacionales de la reunión celebrada en Sevilla bajo el nombre de Eventoblog. Ahora nos cuenta lo que significa ser ciberactivista en Cuba

Rafel Campoamor: «A partir de esta entrevista mi vida correrá peligro pero vuelvo a Cuba» gogo lobato

j. félix machuca

—¿Qué tal le va a Yoani Sánchez?

—Muy mal. Todo su trabajo es ignorado por el gobierno, que lo bloquea, y por los propios cubanos, para los que escribe. Yoani no puede salir de Cuba y explicar su trabajo en el extranjero. Todo es muy frustrante. Esa es su situación y la de otros blogueros cubanos como Miriam Celaya, Juan Antonio Madrazo y OLPL.

—¿Pertenece usted al mismo club de blogueros que se agrupa bajo el nombre de generación Y en la isla?

—No. Yo soy un ciberactivista y dentro de mis actividades trato de tener presencia dentro y fuera de Cuba.

—¿Podría explicarnos que significa ser bloguero en Cuba?

—Ser bloguero en Cuba supone elegir. Elegir entre contar un paraíso de palmeras o contar la realidad de lo que allí ocurre. Si eliges contar lo primero eres un bloguero revolucionario. Si haces lo segundo eres un cibermercenario pagado por la CIA.

—¿Cómo se abre un blog en Cuba?

—El acceso a interné es muy restringido. Si quieres abrir un blog primero necesitas un ordenador. Un ordenador cuesta en Cuba más caro que un coche. Si tienes ordenador necesitas hacerte de un programa para el blog y, posteriormente, subirlo a interné. Y ahí ya todo se complica aún más.

—¿Por qué?

—Porque tienes que conectarte en un hotel y subir tus posts o mandarlos por email afuera o buscarte un extranjero, pedirle su pendrive, copiar el blog en el pendrive y subirlo a interné en el extranjero. La otra opción es buscarte a alguien que trabaja en empresas estatales con interné. Pero el que lo haga sabe que se la juega.

—¿Es la vuestra la voz menos contaminada que narra la Cuba actual?

—Es la única que cuenta la realidad.

—¿Qué precio personal hay que pagar por contar las cosas que contáis sin abandonar Cuba?

—La estigmatización. Eres un mercenario, se te desacredita, eres un títere del imperialismo. También pueden decir que tu actividad es antisocial y no te dejarán salir del país como a Yoani. Si tienes trabajo lo pones en peligro y te llegan a expulsar.

—¿A quién teme más la nomenclatura castrista: a quedarse sin la coartada política del bloqueo norteamericano o a la generación Y dando cuero en el ciber espacio?

—La presión de la Generación Y es tal que el gobierno ha creado tropas de respuestas cibernéticas. Le tienen mucho miedo al ciberespacio. Saben que es terreno de gusto para los más jóvenes. Y sin jóvenes no hay revolución, se cae.

—Una curiosidad: ¿puedo conectarme en el Habana Libre o en hotel Riviera y leer su blog o el de Yoani?

—Si eres turista sí. Vas al hotel, pagas la cuota de conexión (siete euros hora) y entras en el blog de Yoani o en el mío. El de Cuba es el interné más caro del mundo.

—¿Tenéis muchos seguidores dentro de Cuba?

—No, no hay dinero ni para computadores ni para pagar conexiones. Tenemos seguidores fuera de la isla. Pero nosotros queremos escribir para los cubanos.

—¿Y cómo se supera ese bloqueo interno…?

—Tenemos un problema político-tecnológico. El político es evidente: no quieren que el acceso a las nuevas tecnologías sea libre; el tecnológico es que la conexión por satélite es lenta. Pero el régimen tampoco la facilita. Y la fibra óptica que ha tendido Venezuela desde el continente a Cuba no acaba de funcionar. Tampoco, en este caso, facilitarían la conexión…

—O sea que lo del bloqueo americano…

—El cubano de a pie no se conecta a interné no por culpa del bloqueo americano, sino por el bloqueo interno.

—En Eventoblog salió usted al escenario como un adalid de la libertad de expresión y una prueba real de la necesidad de que el ciberespacio no sea maniatado. ¿Cree que durará mucho esa libertad de la red?

—Ese combate es el del hombre libre del siglo XXI.

—Usted comentaba a los organizadores que, en la medida de lo posible, su presencia en Sevilla fuera casi una sorpresa. ¿Le teme a la seguridad ubicua del castrismo?

—Mi vida, a partir de ahora, a raíz de esta entrevista, correrá peligro. Soy un ciberactivista más expuesto. Mientras más conocidos eres, más peligroso te consideran.

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