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Si hay suspense, también amargor

Los finales apretados no le sientan bien al Banca Cívica, que mañana recibe a un hueso: el Real Madrid

Si hay suspense, también amargor EFE/Manuel Lorenzo

sergio a. ávila

«Hay razones para mirar el vaso medio vacío y también para hacerlo medio lleno», exponía Joan Plaza en la sala de prensa del Centro de Tecnificación tras la ajustada derrota ante un equipo que, si hubiera que clasificarlo, pertenecería seguramente a la carpeta donde se aloja también el currículum del Lagun Aro, los dos limitados en recursos y con un puñado de jugadores hipermotivados porque saben que disfrutarán de una cuota golosa de minutos. Son tipos indispensables. Igual que le sucede a Sito Alonso con Panko, Vidal o Baron, le ocurre a Vidorreta en el Lucentum con Llompart, Ivanov o Barnes. A menos peones, mayor concentración de minutos, y no son pocos los ejemplos de que esta obligada fórmula, propia del baloncesto de otros tiempos, reporta excelentes resultados.

En Alicante, el Banca Cívica sucumbió por cuatro puntos, en otra derrota ajustada fuera, como muchas de las que ha obtenido esta temporada, que no se resolvió hasta los instantes finales. La balanza pudo caer de un lado o del otro, pero que lo hiciera a favor del enérgico Lucentum refuerza la teoría que pone en tela de juicio la capacidad resolutiva del Banca Cívica en los finales apretados, epílogos que examinan a los equipos en función de variables diversas como la dureza mental o su capacidad para aguantar la ansiedad, y otras como el acierto, la correcta lectura de las situaciones y la elección de las piezas adecuadas para jugar esos minutos de órdago. Esto último compete al entrenador. Y no se olvide el azar, que también influye, en tanto que componente lúdico del juego.

Contra el Lucentum, el Banca Cívica tiró el anzuelo pero no se llevó otro botín que la derrota que sobreviene por detalles. Es decir, por la mala gestión de las últimas acciones, como en San Sebastián. La jugada se repitió ante un rival tocado en estado de gracia. De cuatro puntos ganaba en la prórroga el Banca Cívica, tras librarse de la derrota en el tiempo reglamentario gracias a la ceguera de Barnes desde el tiro libre, y la ofuscación en los dos últimos minutos de la prórroga le llevó a encajar un 8-0 de parcial que fue definitivo para la suerte del partido.

En tierras easonenses, el escenario fue parecido. Al poco del cierre, el entonces Cajasol tenía el partido controlado tras canasta de Davis, con cuatro de renta, colchón que administraría mal al encajar un parcial de 6-0 tras tiempo muerto que el equipo ya no pudo remediar porque la última posesión se fue al limbo tras el intento frustrado de Urtasun desde el arco perimetral. El Banca Cívica canjeaba así otra derrota hiriente pocos días después de repetir fórmula con el Unicaja en San Pablo, con otro final de sprint que en aquella ocasión se resolvió, no con photo finish pero casi, y en cualquier caso con el cuadro de Chus Mateo alcanzando antes la meta pese a que el partido siempre estuvo en el alero, al menos hasta que Valters asestó el triple de gracia (64-68).

El Unicaja se convertía en el segundo verdugo de los hispalenses esta temporada en su casa, uniendo de este modo su nombre al del Fuenlabrada, que derribó la oposición del Banca Cívica en una prórroga que llevó hasta el límite las pulsaciones. En paralelismo con el tropiezo en Alicante, fue Bogdanovic quien erró un tiro libre. Luego llegó la prórroga, pírrica, y se decidió el resultado gracias al pulso de Penney desde los 4,60 metros.

Menos igualdad real hubo en la visita hace dos jornadas del Caja Laboral, que impuso su granítica defensa para embolsarse un partido que el Banca Cívica, esta vez, no tuvo a pique de un repique pese al 62-67 que instaló Satoransky en la cuenta atrás. Teletovic y Oleson despejaron las dudas. Mucho más duro que éste fue el trago de Murcia por tratarse de una derrota fuera dos veces de guión: de la víspera y del descanso, ya que al intermedio el Banca Cívica ganaba con cierta comodidad que trocó toda ella, luego, en presión. De ese brusco giro tuvo culpa un horrible tercer cuarto (¿los peores diez minutos del equipo esta temporada?) y la tremenda ineficacia de sus jugadores cuando se lanzó al abordaje, a la caza de una remontada que no cristalizó.

Lleno garantizado

El ritmo de venta de entradas para el partido de mañana ante el Real Madrid (San Pablo, 18.00) está siendo frenético y solamente quedan 70 localidades libres para presenciar este partido, el último antes de encarar la cita copera, y en el que el Banca Cívica aún mantiene la tremenda duda de Paul Davis.

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