Hazte premium Hazte premium

Los insurrectos de Bellavista

Las llamadas a la cordura de Zarrías y Carmeli no logran calmar la convulsa situación creada por los griñaninis

J. FÉLIX MACHUCA

Cuando Viera, en una decisión tomada y consultada con Rubalcaba, decidió presentar su dimisión como secretario provincial del PSOE sevillano y así hacer estallar por los aires el comité provincial donde se elegiría la lista de diputados al Parlamento andaluz, no resultaba muy difícil pensar que el PSOE sevillano podría incendiarse. Pero lo hizo y la candela fue de las que marcan hitos. El chispazo fue de Viera. La gasolina de Susana Diaz y su gente, que decidieron ir hacia adelante con los faroles del comité y celebrarlo como si nada hubiera pasado.

Viera dejó el escenario del instituto Blanco White señalando las razones por las que abandonaba su cargo al frente del PSOE sevillano y remachando que «no creo en el mercadeo fenicio de cargos» y que había gente de su ámbito en la ejecutiva provincial que no le habían sido leales. Hacía así alusión explícita a la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre la lista de críticos y la de Susana Diaz, secretaria de organización del PSOE-A. Salió de allí como los toreros que triunfan en las tardes de sol y puros: casi a hombros de los suyos y vitoreado como un novillero con futuro... Entre sus adeptos figuraban secretarios generales de Sevilla, alcaldes como los de Alcalá de Guadaira, Dos Hermanas, Camas, La Rinconada, Salteras, cargos orgánicos e institucionales.

Nada más salir el dimisionario del auditorio, subió al estrado el ex alcalde de Mairena del Aljarafe y diputado provincial, Antonio Conde, proponiendo a los griñanistas que quedaban la necesidad de seguir adelante con el comité. Cuando terminó de hablar, los vieristas y críticos que aún no habían abandonado el salón de actos prorrumpieron en gritos:

—¡¡¡Tongo, tongo, tongo!!!

Que fueron respondidos por los insurrectos griñanistas con alardes de costaleros:

—Vamos p´lante, vamos p´lante…

Comité de insurrectos

D Y hacia adelante fueron los insurrectos militantes del PSOE sevillano que, pese a la dimisión de su secretario general provincial, entendían que el comité tenía que celebrarse. En la mesa se sentó un susanista convencido: Carmelo Conde, alcalde de Constantina, que no eludió calificar su momento en la mesa como un «trago muy complicado». Llevaba toda la razón. Porque, desde el punto de vista estatutario, era absolutamente ilegal. Así lo intentó hacer ver por un par de veces al menos la presidenta del Comité de Garantías del PSOE y ex consejera de Justicia, Carmeli Hermosín. La experimentada política socialista dejó bien claro que ese comité no podía celebrarse, iba contra el espíritu y la letra de los Estatutos del PSOE y que su resultado estaría viciado y resultaría nulo. Pero la insurrección de los de Bellavista siguió tirando p´lante y así llegaron hasta votar una lista propia y única, donde participaron gente como Villalobos, Juan Espadas (dos de sus

concejales en el Ayuntamiento de Sevilla, Encarnación Martínez y José López abandonaron el acto antes de votar) la parlamentaria Verónica Pérez, Carmelo Gómez, el alcalde de Guillena Lorenzo Medina y otros. Villalobos, para calentar una fría mañana donde se registraron temperaturas tan extremas como en el portal de Belén, llegó a decir al los que allí secundaron la rebelión de Bellavista que «que la mayoría de Sevilla es la que está aquí, la que se ha quedado en esta sala».

D En el patio del Blanco White, donde seguían presentes grupos de vieristas y críticos que abandonaron la sala tras la dimisión de Viera, se hablaba de la inutilidad de la nueva lista, ya que desde Madrid se impondrá la definitiva, en una clara labor de arbitraje. ¿Y quién estará al frente del comité de listas de Madrid? Rubalcaba ha nombrado a Zarrias virrey andaluz. Él podría estar, sin problemas, al frente de ese comité de listas y entonces, Susana y Griñán dejarían de tener control alguno sobre los nuevos diputados sevillanos al Parlamento. De eso se hablaba en un patio helado pese a lo calentito de la mañana. La rebelión llegó hasta Madrid. Y el flamante secretario de organización de la nueva ejecutiva nacional, Oscar López, habló por teléfono con Gómez de Celis para no dar crédito a lo que estaba pasando y refrendar la postura de Carmeli Hermosín. También llamó desde Madrid Gaspar Zarrias, para informarse a través de otro veterano militante. Los insurrectos de Bellavista, sobre

las dos y media de la tarde, se pasaron las llamadas de los «mandos» por el forro de sus aspiraciones y eligieron su lista.

Votan setenta y ocho militantes de los 144 que suman el comité provincial. Seis votos se quedaron en blanco. Setenta y dos votaron a favor. Ni aún así, alcanzan la mayoría. Pero el nuevo espectáculo se había dado con los insurrectos de Bellavista manejando una caja de bombas que ha explotado una vez más. ¿Cómo llegarán al 25M? ¿Quién estará legitimado para dirigir la campaña de Griñán? Es posible que Zarrias ya esté pensando en eso…y en lo estirado que resultan algunos cuellos de viejos compañeros.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación