La Matriz de Almonte espera ya la llegada de las filiales

La tradición se cumplió un año más y fue la primera en llegar a la aldea para recibir a las filiales. La Hermandad Matriz ya está en la aldea junto a su Patrona, la Virgen del Rocío. La emotividad impregna la partida de la comitiva. Es la celebración más importante del año en el municipio de Almonte y eso no pasa desapercibido. Todo se convierte en polvo al paso de un Simpecado que es portado a caballo entre la fe y devoción que transporta el alma rociera del pueblo a la aldea.

El párroco de Almonte, José García, ofició una misa de romeros cargada de sentido mariano y con continuas citas al verdadero sentido que mueve esta ancestral celebración. Tras concluir la homilía, en la que animó a los fieles a prepararse espiritualmente para la próxima venida de la Virgen del Rocío al pueblo el próximo agosto, el Simpecado abandonó el altar instalado en El Chaparral para ser portado por los almonteños.

Delante de él, una inmensa estela formada por más de medio millar de caballos flaqueaban al hermano mayor de esta romería, Juan Francisco Cáceres, y a un emocionado Juan Ignacio Reales, que emprendía su primer camino como presidente de la Matriz.

Después del recorrido por las calles del pueblo, Almonte se adentra en el Camino de los Llanos para atravesar los 18 kilómetros que le separan de El Rocío.

La Hermandad Matriz marca el ritmo de su Romería y como manda la tradición, es la primera que duerme junto a su Patrona para acoger desde hoy a sus 110 hermandades filiales. El sonido del tamboril y la flauta rompe el silencio de las marismas para anunciar el comienzo oficial del Rocío Grande.

El respeto, el silencio y el deseo se convierte ahora en tensa espera. Almonte nos anuncia un año más el comienzo de una nueva ilusión rociera que se hará realidad con otro nuevo salto a la reja. Será, como siempre, en la madrugada del lunes de Pentecostés cuando los almonteños quieran.