Los dos atracadores que provocaron el tiroteo suman casi 40 detenciones
La Policía Nacional estudia la posible relación de los asaltantes que causaron la muerte de la mujer de San Juan de Aznalfarache con otros casos
Ocho y veinte de la mañana. Carmen Lara espera en la puerta de la sucursal de Cajasol de la calle Antonio Machado del Barrio Bajo de San Juan de Aznalfarache. Como cada mañana, se ha desplazado desde Castilleja de la Cuesta a su trabajo de limpiadora en un edificio que se encuentra justo detrás del banco. Tenía que hacer una transferencia, así que espera a que abran la entidad a las 8.30 horas, antes de comenzar la jornada laboral . No tiene ni idea de que lo que vivirá unos minutos después terminará con el fallecimiento de una mujer de 54 años .
Junto a Carmen entra otro señor que pasa directamente al despacho del director, y una señora, Carmen Magro, que se sienta en una de las mesas de atención a los clientes. Ella va directamente a la caja. Cuando está siendo atendida, alguien más entra en la sucursal. Pero Carmen no se gira, directamente siente cómo la cogen fuertemente de la nuca mientras la encañonan con un arma de fuego. Un atracador con casi una veintena de detenciones anteriores la utiliza para exigir la apertura de la mampara que da acceso a la caja fuerte. « Era una persona alta, de entre 1,75 y 1,80 metros y cubierto por un casco de moto , que me empieza a arrastrar hasta la puerta. Le dio una patada y al ver que estaba abierta, entró y me soltó», relata Carmen, que en ese momento pensó que lo mejor era quitarse del medio, así que retrocedió unos pasos y se sentó en otra de las mesas de atención a los clientes que estaba vacía. Desde allí vio que el atracador había aprovechado la entrada de otro cliente en la oficina para acceder, que dicho señor se refugiaba tras una columna y que en la puerta esperaba otro atracador. También con otra veintena de detenciones anteriores.
Y empezaron los golpes, el de un machete intentando destrozar la caja fuerte para abrirla, y «después el sonido de las monedas». El atracador que aguardaba fuera se empezó a poner nervioso y le decía, según explica Carmen, «'Quillo', vámonos». Y ya salieron de la sucursal, donde lo peor estaba por llegar.
« Cuando escuché el primer tiro me metí debajo de la mesa , me tiré al suelo». La Policía Local, cuya sede se encuentra a escasos metros de donde sucedieron los hechos, ya estaba en la puerta, los tenía acorralados. Los atracadores, que intentaron huir en una moto roja de pequeña cilindrada , robada en Sevilla tres días atrás, abrieron fuego, a lo que siguieron varios disparos continuos.
Uno de los asaltantes cayó directamente al suelo por dos impactos de bala en el tórax. María Díaz, que estaba en el cajero —mientras su madre, Carmen Magro, hacía gestiones en el interior de la sucursal— , lo presenció todo. El atracador está herido de gravedad en el hospital Virgen del Rocío, bajo custodia policial. El otro se encuentra en las dependencias policiales, donde se agotarán las 72 horas con las que cuenta la Policía antes de pasarlo a disposición judicial.
Pero una de las balas alcanzó a Concepción Barreiro, que se encontraba junto a su hija en la parada de autobús situada justo enfrente de Cajasol. Intentaron refugiarse, pero se quedaron sin tiempo. Una de las municiones, de las siete que al parecer se cruzaron, fue a parar a su nuca .
A su hija, de unos 20 años, le costará asimilar la tragedia. De hecho, comenta Carmen Lara que acudieron juntas a las dependencias de Blas Infante para declarar los hechos y era precisamente la hija de la fallecida quien se preocupaba por lo que le había ocurrido a Carmen en el interior de la sucursal. «No era consciente de lo que le había pasado a su madre», indica. A la vez que recuerda los segundos en los que estuvo encañonada: «Se te pasan muchas cosas por la cabeza. Me he acordado de que recientemente había escuchado el caso de una mujer a la que habían matado en un banco, precisamente a una limpiadora. También he pensado en que ayer —por anteayer— fue el cumpleaños de mi hija y que me podían haber dado un tiro y matarme allí mismo». Pensamientos que podrá seguir teniendo porque afortunadamente salió ilesa de este atraco en una sucursal bancaria que ya ha protagonizado varios sucesos similares, como comentan los vecinos. El pueblo estará tres días de luto oficial , con las banderas ondeando a media asta.
El Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía sigue investigando el caso. Están estudiando las grabaciones de seguridad de otros atracos, concretamente en el Aljarafe, para comprobar si estos dos delincuentes tienen relación con alguno de ellos , ya que su curriculum delictivo es bastante amplio. Francisco R.G., de 50 años y natural de Écija, el atracador que se encuentra herido de gravedad, ha sido detenido en 16 ocasiones anteriores por robos con violencia e intimidación y sustracción de vehículos , además de por malos tratos en el ámbito familiar.
El segundo es J. M. M. G. J., con 56 años y de Sevilla, acumula 20 detenciones, por robos con violencia e intimidación , sustracción de vehículos y tráfico de drogas, mientras que la última, en 2001, fue por un homicidio doloso. Ambos iban, lo que se conoce en el argot policial, «disfrazados», es decir, con doble vestimenta con la intención de deshacerse de una para eliminar pistas tras terminar el atraco.
Ahora el pueblo sólo espera que se haga justicia.
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