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La policía que negó restos humanos sólo admitió el error tras el segundo informe

La pericial sólo está firmada por una agente de Policía Científica, algo inusual

La policía que negó restos humanos sólo admitió el error tras el segundo informe efe / vídeo: atlas

c. morcillo

«En esa hoguera no se ha producido la incineración de ningún cuerpo o resto humano». Es la conclusión del informe pericial emitido por la Unidad Central de Identificación de la Comisaría General de Policía Científica , sección de Antropología, el 10 de noviembre de 2011, un mes y dos días después de la desaparición de Ruth y José . Con esa conclusión tajante, la pericial cerraba la puerta a una de las vías en las que más confianza tenían los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta.

Animales variados

La perito que firma ese documento es técnico del CNP, licenciada en Medicina y Cirugía, especialista en Policía Científica y experta en Antropología Forense. Lo primero que llama la atención es que la pericial va firmada solo por ella y no por dos técnicos como es lo habitual, una circunstancia en la que hasta ahora no se había reparado.

En su informe señala además que los restos estudiados son «todos de naturaleza animal; de edad subadulta y distintos tamaños (roedores, pequeños carnívoros, pequeños herbívoros y omnívoros); explica que parte de los huesos quemados estaban desprovistos de tejidos blandos cuando fueron incinerados y que fueron sometidos a altas temperaturas (más de 800 grados), que provocaron «distintos grados de carbonización». Se favoreció la cremación , entre otros elementos, con trozos de madera de olivo. A la policía que elaboró este informe se le insistió en aquellos momentos para ver si no cabía margen de error. Según ella, no existía tal posibilidad, que ahora se ha revelado errónea.

De hecho, hubo discrepancias entre miembros de la Policía Científica porque algunos pensaban que los huesos encontrados tendrían que ser sometidos a pruebas de ADN , algo que nunca se hizo.

El pasado día 14 cuando el médico forense Francisco Etxeberría presentó su informe a los investigadores «claro y contundente», la perito policial -ante las explicaciones del autor- se mantuvo en su posición y aseguró que era imposible, que no había restos humanos en la hoguera, según ha podido saber ABC. Posteriormente, se celebró una reunión policial y la misma policía insistió en que ese informe no tenía consistencia y el único válido era el emitido por ella. Aun fue más allá y aseguró que ese examen estaba «mal hecho» y que en manos del abogado de José Bretón acabaría en el cubo de la basura.

Solo tras el dictamen del paleontólogo especializado en dentición José María Bermúndez de Castro , autoridad reconocida internacionalmente, en el que se concluye que los restos corresponden al menos a un niño de 6,22 años con margen de error de edad de más-menos 43 días, la perito empezó a admitir que podría haberse equivocado, hasta que finalmente reconoció que esto era más que una posibilidad, dada la coincidencia entre ambos dictámenes realizados en las propias dependencias policiales de Canillas. En uno de los exámenes, en el del profesor Francisco Etxebarría, la agente llegó a estar presente, si bien no se pronunció en ese momento.

Cambio de planes

Una vez que la Policía tuvo en sus manos los dos informes y los remitió al juez instructor, los hechos se desencadenaron. El comisario general de Policía Judicial, José Losada , interrumpió sus vacaciones ante la importancia de las conclusiones, igual que otros responsables policiales del caso. El juez José Antonio Rodríguez Lainz , que también disfrutaba de sus días de descanso, fue informado puntualmente de las nuevas conclusiones de los expertos y pidió el máximo sigilo para conseguir apuntalar con más pruebas los dictámenes.

El malestar en la Comisaría General de Policía Científica , que goza de gran prestigio internacional, es más que evidente. La semana pasada tuvo lugar otra reunión de urgencia en la que se asumió que se había cometido un error y se decidió -otras versiones apuntan a una imposición- que cuando el juez ordenara practicar las pruebas de ADN, éstas debían hacerse al margen de las dependencias policiales puesto que la imagen en este caso está «comprometida».

Cadena de custodia perfecta

Frente a las inevitables críticas que ya han surgido sobre el peritaje inicial y las consecuencias para la investigación, agentes de Policía Científica argumentan que al menos no todo está mal hecho: la cadena de custodia está perfectamente guardada.

Los restos, tal y como figura en la pericial, se recogieron en cajas separadas y rotuladas según el cuadrante en el que se habían recuperado (42 cuadrantes), tras aislarlos con pinceles y brochas. La descripción de los restos es la siguiente: múltiples fragmentos óseos , carbonizados, de distintos tamaños y correspondientes a distintas partes del hueso: tabla ósea externa, tejido esponjoso, fragmentos episifarios completos e incompletos de huesos largos, metáfisis y fragmentos de huesos planos con suturas; restos de animales y restos óseos y dientes de animales subadultos. Todo ello, unos 130 restos óseos así como múltiples fragmentos, más dos piezas dentales completas y múltiples fragmentos de otras, quedaron depositados en trece cajas y tres sobres.

«La cadena de custodia está perfecta y cualquier cambio de ubicación en Canillas ha sido acordado por auto judicial», señalan fuentes policiales. Ese es por ahora el único consuelo.

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