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Ganadera de la Escuela de Pastoras del Siglo XXI / Escuela de Pastoras del Siglo XXI
Día de la Mujer

Las mujeres rurales: un pilar fundamental para el futuro de la actividad agraria

Al frente de cooperativas, en los órganos de decisión o como titulares de su propia explotación… las mujeres dedicadas al campo alzan la voz con motivo del Día de la Mujer

8 marzo 2021, 06:27

Gestionan sus empresas y explotaciones, toman decisiones y se dedican al campo. Aportan sus conocimientos e ideas, y siguen formándose para mejorar la gestión que llevan a cabo y para contribuir a un relevo generacional muy necesario. Sin embargo, aún encontrarlas en los puestos de dirección, en los órganos de representación de las organizaciones agrarias, en las cooperativas o en las comunidades de regantes.

Así es la realidad de las mujeres rurales, quienes con motivo de este Día de la Mujer, han alzado las voces para contar que son incapaces de concebir su vida sin ese arraigo a la tierra.

«Mi profesión es vocacional, no sabría vivir de espaldas al campo», así de tajante se muestra en declaraciones a Agrónoma María Miró Arias, emprendedora, investigadora, y heredera de la nueva generación de «1948 Óleum».

La conciliación familiar y laboral, «imposible»

Doctora en veterinaria, especializada en la conservación de razas autóctonas y desarrollo rural, decidió comprarle en 2015 una parte de la cosecha a su padre para comercializar su propio aceite ecológico. Una decisión que como asegura Miró, «si hubiera sido un hombre, probablemente continuaría trabajando como investigadora». Sin embargo, con el nacimiento de su segunda hija, la conciliación familiar y laboral se le hizo «imposible».

Ante esta situación, solicitó la ayuda a la incorporación de jóvenes a la empresa agraria (cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, Feader), y comenzó su andadura como emprendedora en el sector agrícola.

Ahora, seis años después, y tras un camino «muy duro», esta joven productora de aceite asegura que no puede imaginarse un entorno rural sin la presencia de la mujer. «Lo que hace falta es reconocimiento. Y para eso, hace falta tiempo; y más que tiempo, formación», afirma.

La formación como eje clave para el futuro de la mujer en el sector

Como respuesta a la demanda de formación formulada, en este caso, por unas pocas ganaderas de Cantabria surgió la Escuela de Pastoras del siglo XXI. Su presidenta Lidia Díaz, quien también se encuentra al frente de la Asociación Española Contra la Despoblación, nos cuenta en Agrónoma de cómo surgió esta iniciativa.

«Muchas ganaderas nos transmitían la falta de saber conjunto, es decir, las emprendedoras y ganaderas se encontraban que tenían que ir aprendiendo a base de golpes y, por decirlo de alguna manera, de fracasos», por ello se creó esta escuela, cuyo objetivo es «que las alumnas salgan de cada edición realizando no solo un aprendizaje continuo, sino con un proyecto de vida, un proyecto profesional», afirma.

Se trata de que desarrollen un proyecto con el que puedan vivir y con el que puedan afianzar su vida en el medio rural. Y así revertir uno de los problemas con el que lidian día a día en el campo, ya que seis de cada diez mujeres que ayudan en el campo no cotizan, según la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer).

En concreto, el 82 % de las mujeres rurales ayudan en las explotaciones agrarias, si bien un 59% de ellas no cotiza por su actividad económica, afirma Afammer en base a un análisis de estadísticas realizadas por la Universidad Isabel I.

Asimismo, desde Afammer destacan que menos del 9 % de las explotaciones agrarias están dirigidas por mujeres. Por ello, Diaz anima a todas las mujeres a adquirir formación y participar en la escuela, «porque es una iniciativa que las permitirá ser las dueñas de su vida».

En esta primera edición, la Escuela de Pastoras del Siglo XII ha contado con más de 240 solicitudes de preinscripción de todas las provincias españolas (exceptuando Ceuta y Melilla).

Reconocimiento al esfuerzo

No obstante, «el camino a seguir pasa porque las mujeres que viven en el medio rural sean conscientes del esfuerzo que están haciendo», insiste la presidenta de la Asociación Española Contra el Despoblamiento, consciente del trabajo que llevan a cabo en su día a día.

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Una de las ganaderas inscrita en la primera edición de la Escuela de Pastoras del Siglo XXI / Escuela de Pastoras del Siglo XXI

Díaz asegura que «entre los principales problemas de la mujer a la hora de dedicarse al campo están vinculados con la falta de horarios prestablecidos y la falta de apoyo generalizada al sector femenino». Una realidad que se ha puesto aun más de manifiesto tras la pandemia y la imposibilidad de llevar adelante la vida familiar y la vida como agricultora o ganadera.

Ayudas y programas para la mujer rural

De este modo, se hacen necesarias más ayudas y programas de impulso a la actividad agraria desarrollada por mujeres. Según los datos publicados por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), los números de las explotaciones de mujeres que reciben ayudas de la PAC están muy lejos de poder equipararse a los de los hombres. Tan solo el 27,5% de las ayudas directas son percibidas por mujeres y el 26,34% de las ayudas de Desarrollo Rural.

En el marco andaluz, según datos de la Junta de Andalucía, más de 83.000 mujeres recibieron ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) en 2019.

Sin embargo, dejando a un lado las ayudas, entre las principales medidas que el Gobierno ha llevado a cabo en los últimos años para mejorar la calidad y el reconocimiento de la actividad que desempeña la mujer se encuentra la Ley de la Titularidad Compartida.

Una norma, presentada para favorecer y promover la igualdad de género en el medio rural, pero que ha sido «una pequeña decepción, porque no ha tenido la evolución que debería haber tenido», señala la presidenta de la Escuela de Pastoras del Siglo XXI.

Presencia en los puestos de toma de decisiones

No obstante, a juicio de Lidia Díaz, y en términos generales, «se debe dar un paso mucho más grande hacia la equidad». Una idea que también respalda Mariló Corral, presidenta de la Cooperativa Esperanza Campo y Miembro de la Sección Aceite y FS Dcoop y Junta Directiva Amcae.

En este sentido, Corral afirma que «se ha avanzado, pero no lo suficiente para la ventaja y beneficio que proporciona tener mujeres en las cooperativas, en los consejos rectores y como presidentas».

Actualmente, Mariló Corral afronta su segunda legislatura al frente de la cooperativa y representa en la misma a unas 150 mujeres que trabajan en la Cooperativa Esperanza Campo, «el pulmón económico del pueblo».

De este modo, la presidenta de la Cooperativa Esperanza Campo es una de las mujeres que contribuye al reparto equitativo en los puestos de toma de decisiones, si bien, «hace falta mujeres en todos los órganos decisivos para acortar la brecha», señala.

Reforzar las ganas de empezar en el sector

Por su parte, Mª Dolores Méndez Rodríguez, presidenta de la Cooperativa Olivarera de Sanlúcar la Mayor S.C.A., habla de una situación más desalentadora: «En el consejo rector de nuestra cooperativa actualmente actualmente solo estoy yo como mujer, y como socias habrá cuatro o cinco».

Pero la realidad es aún más cruda, Méndez Rodríguez asegura que «el aumento de las mujeres que deciden dedicarse al olivar es ínfimo, aunque en otros sectores como las frutas y hortalizas si se nota más la presencia del sector femenino».

Dolores Méndez, Presidenta de la SCA Olivarera de Sanlúcar la Mayor / Agrónoma

Según cifra el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, siete millones de mujeres viven en el entorno rural en España, pero solo un tercio de las mismas son quienes trabajan en explotaciones agrarias familiares.

Las mujeres del medio rural forman uno de los colectivos más invisibles de la sociedad actual, sin embargo ejercen una función muy importante como estabilizadoras del núcleo familiar, se encargan de realizar las tareas del hogar y del cuidado de la familia sin ningún tipo de reconocimiento laboral ni social. Y mucho más, ya que contribuyen, desde diferentes escalones, al desarrollo presente y futuro de actividades esenciales para la humanidad, como son la agricultura y la ganadería.

Por ello, «el principal aspecto a reforzar son las ganas de empezar en el sector, ya que se ve como un sector muy duro y con pocos incentivos. Con ganas se puede llegar a todos lados, pero se debe fomentar la inclusión en el sector con subvenciones, reuniones o charlas sobre la mujer en el medio rural. Podría ser una buena iniciativa para intentar llegar a más mujeres», concluye la presidenta de la Cooperativa Olivarera de Sanlúcar la Mayor S.C.A.

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