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Diez rostros conocidos que pisaron la cárcel

Cambiaron la fama y una vida de éxito por una condena judicial y una celda en un centro penitenciario por haberse saltado la ley

Diez rostros conocidos que pisaron la cárcel ABC

antonio R. vega

¿Qué tienen en común José María Ruiz Mateos, José María del Nido, Miguel Blesa, Isabel García Marcos, Joselito, el anterior duque de Feria o Farruquito? Aparte de su vinculación con Andalucía, todos terminaron entre rejas. Un borrón delictivo truncó para siempre un expediente enmarcado por la fama, el poder y el reconocimiento público. En la mayoría de los casos, el responsable directo de las condenas judiciales fue una importante suma de dinero de origen más que dudoso, pero también los hay que se vieron privados de la libertad por una gestión fraudulenta o una fatal imprudencia. Un día cambiaron los flashes de los reporteros, el chorro de luz de los teatros o los focos de los platós de televisión por una fría ficha policial. Hacemos un somero repaso por diez rostros conocidos que pisaron la cárcel.

Miguel Blesa, de la banca al banquillo

El expresidente de Caja Madrid (Linares, 1947) durmió 15 noches en la cárcel madrileña de Soto del Real entre mayo y junio del pasado año. El juez Elpidio José Silva ordenó dos veces su ingreso provisional. La primera vez no estuvo ni 24 horas tras depositar una fianza de 2,5 millones de euros. El linarense Miguel Blesa se convirtió en el segundo gran banquero encarcelado por varios delitos de fraude financiero y gestión irregular después del expresidente de Banesto, Mario Conde, en 1993. El juez Silva, que fue apartado de la carrera judicial e imputado por supuesta prevaricación precisamente por su instrucción del caso Blesa, basó su decisión en la compra por parte de Caja Madrid, en 2008, del banco estadounidense City National Bank de Florida.

Ruiz Mateos, el «Superman» entre rejas

El empresario jerezano (Rota, Cádiz, 1931) pasó una semana recluido en Alcalá Meco por evadir al fisco grandes cantidades de dinero a través del extinto grupo Rumasa. El 23 de febrero de 1983 el Gobierno de Felipe González decretó la expropiación de sus empresas para evitar la quiebra al descubrir un agujero de más de 100.000 millones de pesetas (601 millones de euros) y la existencia de una contabilidad B. El empresario, que saltó a la fama por propinar un puñetazo en la cabeza al exministro de Hacienda, Miguel Boyer, en los juzgados de Madrid en 1989 (se hizo famoso su grito de guerra «que te pego, leche»), trató eludir la justicia fugándose a Londres y Francfurt, donde fue detenido y repatriado. José María Ruiz-Mateos convirtió en un circo mediático la expropiación de Rumasa. Llegó a simular el entierro de Boyer o enfundarse el disfraz de «Superman» en los juzgados para protestar por la decisión del exministro. No termina ahí su via crucis judicial. Años después, el emporio que montó de la nada, Nueva Rumasa, también entró en suspensión de pagos. Está acusado de una supuesta estafa de 7,3 millones de euros en la compra de dos hoteles de Mallorca con el nuevo emporio que montó e imputado, junto a tres de sus hijos, por la juez Mercedes Alaya el caso de los ERE fraudulentos.

Julián Muñoz, la trama Malaya

El exalcalde de Marbella (juró como concejal del Ayuntamiento malagueño en 1991), carne del papel couché por el romance del con la tonadillera Isabel Pantoja, es un preso fijo en la cárcel de Alhaurín de la Torre en Málaga. El antiguo «delfín» municipal de Jesús Gil, quien luego orquestó contra él una moción de censura, se ha convertido en el regidor inmerso en más causas judiciales de España. Después de cumplir tres años de cárcel entre 2006 y 2009 por delitos urbanísticos que se saldaron en 18 condenas en el marco de la operación Malaya contra la corrupción, Muñoz (El Arenal, Ávila, 1948), denominado por la prensa rosa como «Cachuli», regresó a la prisión el pasado mes de abril al ser condenado a siete años de cárcel por blanqueo de capitales y cohecho pasivo.

Las estancias entre barrotes fueron también una constante en la vida de su antecesor en la Alcaldía de Marbella, Jesús Gil. El fallecido político y presidente del equipo colchonero pasó hasta tres veces por la cárcel, en 1969, 1999, 2002. Se convirtió en su segunda residencia. La última vez que pisó el centro de Alcalá Meco fue como imputado por malversación de caudales públicos, prevaricación y falsedad por el denominado «caso de las camisetas», la publicidad de Marbella en la elástica del Atlético de Madrid.

Joselito y el «cante» de las drogas

El excantante José Giménez Fernández «Joselito» (Beas de Segura, Jaén, 1943), niño prodigio del cine español de los años cincuenta y sesenta, permaneció tres años entre rejas a principios de los noventa en la cárcel valenciana de Picassent por un delito de tráfico de drogas. Retirado del mundo del espectáculo desde hacía años, «Joselito», también conocido con el apodo de su película más popular, «El pequeño ruiseñor», volvió a ocupar las portadas de los periódicos al ser detenido cuando vendía medio kilo de cocaína de gran pureza a otra persona. Giménez, que llegó a ganarse la vida organizando safaris de caza en África, se hallaba en libertad condicional tras ser condenado a cinco años de prisión cuando fue sorprendido con 78 gramos de cocaína en la localidad valenciana de Yátova en 1991. La experiencia penitenciaria cambió la vida de esta antigua estrella del cine español, que llegó a cantar para Fidel Castro y el Che en La Habana. «La cárcel es lo mejor que me ha pasado en la vida. Allí curé mi adicción a la cocaína y aprendí a conformarme», declaró años después.

Isabel García Marcos, de látigo a escudera

De látigo socialista del «gilismo», una imagen de mujer implacable contra los abusos urbanísticos curtida en los plenos y en las tertulias de televisión, pasó a convertirse en aliada política de sus correlegionarios en el Ayuntamiento de Marbella, donde ocupó la primera tenencia de alcaldía bajo el mandato de Marisol Yagüe. Tránsfuga del PSOE, su partido la expulsó en 2003 tras aliarse con los ex «gilistas» y el Partido Andalucista para aprobar una moción de censura que desalojó a Muñoz del poder. En su casa hallaron 360.000 euros en efectivo. Fue arrestada cuando regresaba de un viaje de luna de miel desde Rusia con amor. En abril de 2006, el juez Miguel Ángel Torres ordenó prisión incondicional para esta salmantina, médico de profesión, por su implicación en el caso Malaya. Abandonó el centro penitenciario de Alhaurín de la Torre cinco meses después tras pagar una fianza de 60.000 euros.

Luis Bárcenas, el tesorero multimillonario

El extesorero del Partido Popular (Huelva, 1957) pisó por primera vez un centro penitenciario, la cárcel madrileña de Soto del Real, a las 20.15 horas del 27 de junio pasado ante el descubrimiento de varios desvíos de fondos desde cuentas suizas, donde tiene una fortuna cuantificada en 48,2 millones de euros, hacia otras que tenía ocultas en Estados Unidos y Uruguay. Unos movimientos que hizo después de que estallara el caso Gürtel en febrero de 2009. Desde entonces no ha podido dormir en su opulento piso de la calle Príncipe de Vergara, en Madrid. El juez Pablo Ruz, que instruye el caso Gürtel, dictó contra él prisión incondicional al considerar que existía riesgo de fuga. La detención del exsenador que manejó la caja del PP provocó un gran terremoto político en el PP que obligó al presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, a dar explicaciones a la oposición en el Congreso.

El duque de Feria, de noble a preso

El segundo hijo de Rafael Medina y Villalonga y de Victoria Fernández de Córdoba, duquesa de Medinaceli, ingresó en la prisión de Sevilla I por orden de una juez el 6 de marzo de 1993 acusado de raptar a una niña de 5 años y de un delito relacionado con el tráfico de drogas. Días antes el exmarido de la modelo Nati Abascal, que pasó sus últimos años envuelto en escándalos relacionados con las drogas y la corrupción de menores, había declarado a la revista «Hola»: «Me encantan las mujeres. Son mi única droga. Lo malo es que me gustan las jóvenes». En julio de 1995 el aristócrata accedió al segundo grado y redimió parte de su condena trabajando en la lavandería del centro penitenciario. En agosto de 2001, el portero del palacio sevillano Casa Pilatos donde vivía se lo encontró muerto.

Farruquito y la tragedia gitana

Juan Manuel Fernández Montoya «Farruquito» (Sevilla, 1982) saldó sus cuentas con la justicia después de pasar catorce meses recluido en la prisión de Sevilla. En marzo de 2008 y después de obtener la calificación de «preso ejemplar», logró el tercer grado, lo que le permitía regresar al centro sólo para dormir. Acaba así la tragedia del bailaor sevillano, de 27 años, que fue condenado a dos años de cárcel por homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad del tráfico, y a un año más por omisión del deber de socorro por el atropello mortal del Benjamín Olalla la noche del 30 de septiembre de 2003, cuando conducía por una calle de Sevilla a gran velocidad y sin tener ni carné de conducir ni seguro del coche.

José Fernando Ortega y la mala vida

Habitual de los programas del corazón, donde ha llenado muchas horas de televisión por su flirteo con las drogas, la afición a los clubes de alterne y las andanzas de su vida disoluta, José Fernando Ortega (Cali, Colombia, 1993), el hijo adoptado por la fallecida cantante Rocío Jurado y el torero José Ortega Cano, fue detenido tras agredir a otro hombre y robarle su coche junto a un grupo de amigos. La juez que lo encarceló a mediados del pasado mes de noviembre acusa al joven de 20 años y a dos cómplices de seis delitos: robo con violencia, robo de uso de vehículo a motor, daños intencionados, reyerta mutuamente consentida, un delito de lesiones y otro contra la seguridad vial. Paradojas de la vida. Podría compartir el penal con su padre, condenado a dos años y medio de cárcel por provocar el accidente de tráfico ocurrido en mayo de 2011 en el que falleció Carlos Parra.

José María del Nido y el «caso Minutas»

A la larga nómina de rostros conocidos en Andalucía que hacen penitencia entre barrotes se ha sumado desde el pasado miércoles el expresidente del Sevilla. A las 8.45 horas el abogado José María del Nido (Sevilla, 1957) entró en la cárcel de la capital hispalense por su propio pie para cumplir una condena de siete años por malversación de caudales públicos y prevaricación en el caso Minutas. La pena, impuesta por la Audiencia de Málaga, ratificada después por el Tribunal Supremo, está relacionada con el saqueo de 2,86 millones de euros procedentes de las arcas del Ayuntamiento de Marbella entre 1999 y 2003, cuando ejerció de letrado para los exalcaldes Jesús Gil y Julián Muñoz.

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