corrupción
Magdalena Álvarez, 25 años con sueldo de alto directivo público
El dinero y la polémica siempre han acompañado a la exconsejera y exministra, ahora de nuevo en el ojo del huracán por su imputación en los ERE
No hay un episodio en la dilatada carrera política de Magdalena Álvarez (San Fernando, Cádiz, 1952) que no huela a dinero. Desde sus años universitarios tuvo claro que lo suyo eran los números. En 1979 consiguió por oposición una plaza de inspectora de Hacienda. Desde ahí empezó una escalada imparable, subiendo peldaños de dos en dos. Diez años después, esta malagueña con muy buenas relaciones en el PSOE, ocupó la Dirección General de Incentivos Económicos Regionales (1989-1993) y en los estertores del «felipismo» dirigió la Inspección Financiera y Tributaria de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, el departamento donde manejaba el mayor volumen de información confidencial sobre los ciudadanos.
El expresidente de la Junta Manuel Chaves la rescató de la convulsa Agencia Tributaria ofreciéndole la cartera de Hacienda de la comunidad más poblada de España. Durante diez años esta correosa política —que dice de sí misma que «pienso más rápido que hablo»— estuvo tutelando las riendas de las finanzas de la Junta de Andalucía (1994/2004). Pisaba todos los charcos. En 1996, a punto estuvo de costarle el puesto la obtención gratuita de 444 billetes de avión de Aviaco (extinta aerolínea de la que era consejera). Por aquella solicitud compulsiva de billetes se ganó el título burlón de «Lady Aviaco».
En julio de 1996, la consejera montó en cólera al ver a Mariano Rajoy, por entonces ministro de Administraciones Públicas, saboreando con fruición un puro durante una reunión del Consejo de Política Fiscal en Madrid. El hoy presidente del Gobierno no tuvo más remedio que apagarlo con tal de no escucharla. Superado el chaparrón aéreo, Álvarez emprendió una guerra por controlar las cajas que acabó perdiendo frente al cura Miguel Castillejo, que por entonces presidía Cajasur.
En 2004, tras rechazar la candidatura del PSOE a la Alcaldía de Málaga, dejó el Gobierno andaluz para recalar en el Ministerio de Fomento bajo el patrocinio de Chaves. Con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa, el expresidente ya no necesitaba los servicios de la ideóloga de la estrategia de la confrontación. Sus sonadas polémicas coparon los telediarios nacionales y sus frases daban grandes titulares: la borrasca «impredecible» que colapsó el país, su gestión en el trágico accidente de Spanair... Entre tanto, la nómina de Álvarez no ha parado de crecer:
1994. Un sueldo de 48.000 euros al año
Su salario se contaba en pesetas cuando aterrizó por primera vez en la Consejería de Economía y Hacienda en 1994. Cobraba 48.000 euros al año sin contar dietas
1996. Lo eleva a 63.100 euros
Su llegada a Hacienda, con el encargo de hacer los presupuestos, resultó providencial para Álvarez y el resto de consejeros. En dos años incrementó su nómina en más de 15.000 euros
2004: 60.000 euros en el Congreso
En marzo de 2004, se convirtió en diputada en el Congreso por Málaga. Su remuneración, 60.000 euros anuales
Ministra con 81.155 euros anuales
Como ministra de Fomento cobraba 81.155 euros anuales (unos 6.762 euros al mes). En 2008 Zapatero congeló los sueldos de sus altos cargos
2009. 5.410 al mes tras cesar
En abril de 2009 dejó Fomento y empezó a recibir una compensación por los servicios prestados de 5.410 euros brutos al mes durante dos años.«A mí no me preocupa el paro», proclamó
En Bruselas con 7.665 euros al mes
Durante un año (2009/10) fue eurodiputada, con un sueldo de 7.665 euros brutos mensuales. A este sueldo hay que sumarles 300 euros por día por asistir al Pleno en Bruselas o Estrasburgo, 4.000 euros más para gastos al mes de oficina y casi 17.000 euros para pagar a asistentes
2010. En el Banco Europeo con 22.963 euros al mes
Álvarez se aferra a su puesto de vicepresidenta del BEI. Razones económicas no le faltan: cobra 22.963 euros al mes, más otros 991 en gastos de representación. Gana tanto como Barack Obama
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