Susana Díaz: «El congreso del PSOE no nos puede distraer»

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, animó este miércoles a los cargos y militantes del PSOE andaluz a no «distraerse» en las cuestiones internas que se dirimirán en el congreso federal de los socialistas de julio, donde se debe producir el relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del partido. «No nos puede distraer» el cónclave federal, manifestó la presidenta, en la reunión del grupo socialista del Parlamento andaluz, tratando así de minimizar un debate interno que la coloca como la mejor situada para liderar el PSOE.

La presidenta aprovechó su intervención en el Parlamento para analizar los resultadios electorales y pedir a los suyos que continúen el trabajo hecho hasta ahora y que los ha llevado, tras tres derrotas consecutivas a manos del PP, a ser de nuevo la fuerza más votada en Andalucía. Del congreso federal, por tanto, habló poco, aunque dejó algunas reflexiones.

No aclaró, de entrada, si es partidaria de un congreso donde voten los delegados o lo hagan los militantes, como han pedido algunas federaciones y dirigentes del partido. Solo dijo que «no hay que temer a los cambios», aunque defendió que estos sean «moderados y valientes». «Hay que seguir cambiando cosas», inisistió, aunque sin concretar qué.

Una pista, al menos, de a qué modelo de congreso federal aspira Díaz la dio cuando defendió que este debe aspirar a ser como «el nuestro de Andalucía», que la aupó a secretaria general en un proceso tradicional de delegados y donde supo vencer todas las reticencias de los sectores críticos para unir a todo el partido en un bloque. Un proceso controlado en todo momento por el «aparato» del partido y sin posibilidad de sorpresas.

Sobre los resultados electorales en Andalucía, la presidenta sacó pecho por volver a ser la primera fuerza política en Andalucía y aseguró que «son un estímulo» para ella. La derrota del PP en la comunidad la calificó de «sin paliativos», por lo que aventuró que se encontrará en el Pleno de hoy del parlamento a una «derecha herida», que intentará arrastrar al PSOE por el «camino del fango».