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La consejera del pepino se pasa ahora al melocotón

Clara Aguilera se suma a la campaña de «selfies» en apoyo a las frutas y hortalizas españolas ante el veto de Rusia, aunque no es la primera vez que se ve a la exconsejera de esta guisa...

La consejera del pepino se pasa ahora al melocotón abc / vídeo: europa press (2011)

c. aguilar

Con la campaña de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), «Hazte un “selfie” por nuestras frutas y hortalizas», para fomentar el consumo de estos alimentos españoles ante el veto de Rusia a la importaciones agroalimentarias de la Unión Europea, la exconsejera de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Clara Aguilera, vio una forma de volver a las prácticas de defensa del producto español que tanta «popularidad» le aportaron en el pasado.

Clara Aguilera se plantó un 31 de mayo de 2011, en plena crisis por la bacteria «E coli», delante de las cámaras para desmentir que el pepino español fuese perjudicial para la salud. Y lo hizo degustando un ejemplar en un invernadero de Almería. «¡Está bueno, está buenísimo!», dijo. La fotito de la consejera comiéndose el pepino dio para más de un comentario con guasa. Incluso la comparaban con el baño de Manuel Fraga en la playa de Quitapellejos (Palomares) para zanjar los rumores sobre la radioactividad de la zona, a consecuencia del choque de dos aviones que transportaban bombas nucleares. Ni corta ni perezosa, ella se comió un pepino.

Aunque ambas misiones, en el fondo, poco tenían que ver entre sí. Con el tiempo quedó probado que en las playas de Almería habían quedado restos radiactivos, sin embargo el pepino español no fue culpable de nada. Pero, ¿culpable de qué? Hablamos del brote de la bacteria Escherichia coli enterohemorrágica (E coli) que surge en Alemania en 2011. La crisis estalla en Hamburgo el 21 de mayo de ese año con la muerte de una anciana de 83 años . Entonces la subsecretaria de Salud alemana señaló a los pepinos españoles como la fuente de la grave infección que se estaba propagando por Europa. A medida que continuaban llegando noticias de que el número de fallecidos por «E coli» seguía creciendo –hasta 37 personas, siendo 4.000 el total de infectados en 12 países–, Austria, Bélgica, Reino Unido, República Checa, Rusia y la propia Alemania, cerraron sus mercados a las hortalizas españolas.

Semanas más tarde, se supo por la misma subsecretaria de Salud que el origen de la enfermedad no se localizaba en los productos exportados desde España sino en brotes de soja germinados en una huerta del norte de Alemania . Para entonces, el sector hortofrutícola cifraba las pérdidas en unos 200 millones de euros. La confirmación de Alemania llegó tarde, sí, pero una vez con los resultados positivos en la mano, no había motivo para seguir alimentando el bulo del pepino español infectado y Clara Aguilera lo dejó claro: «¡Está bueno, está buenísimo!». Y fin de la historia. O no…

El sector agrario se ha vuelto a ver «zarandeado», en esta ocasión, por movimientos geopolíticos. «La alimentación es una cuestión estratégica y los agricultores y ganaderos no podemos vernos sometidos a juegos de presión derivados de conflictos económicos o políticos», aseguró el secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Blanco, tras conocerse el 7 de agosto de este 2014 que Putin había firmado un decreto por el cual prohibía la total importación a Rusia de frutas, hortalizas, frutos secos, carne, productos lácteos y pescado desde la Unión Europea, Estados Unidos, Australia, Canadá y Noruega durante, al menos, un año. Esta fue la respuesta rusa a las sanciones que la UE y EE.UU. impusieron contra bancos y empresas, con el objetivo de que el presidente de Rusia rebajase su postura en el conflicto que desde hace meses mantiene con Ucrania y que le ha llevado a controlar parte del este del país (la región de Crimea).

Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente , el posible impacto para España de las restricciones al mercado ruso se estimaría en 337 millones de euros. Los melocotones y las nectarinas, que suponen un negocio al año para los productores españoles que exportan a Rusia de casi 70 millones de euros, son los más afectados. Ante este panorama, Asedas pone en marcha el pasado 25 de agosto su campaña de «selfies» en Twitter con la etiqueta #vetoruso. Y la ya exconsejera, de nuevo, no ha tenido reparo alguno en mostrar su apoyo al sector agrícola con un melocotón en la mano a punto de hincarle el diente.

Todo mi apoyó a través de este selfie a las #frutas y #hortalizas españolas tras el #vetoruso @Europarl_ES @PSOE pic.twitter.com/jboobvkH1B — Clara Aguilera (@ClaraAguilera7) agosto 29, 2014

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