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análisis

¿Un 28F con elecciones autonómicas?

Susana Díaz ha apostado por la confrontación como eje de su política y podría buscar el tirón del 28-F para convocar unas elecciones con formato plebiscitario: o Rajoy o yo

¿Un 28F con elecciones autonómicas? juan josé úbeda

manuel contreras

El Gobierno de Susana Díaz tiene ya decidido que su estrategia política en los próximos meses debe pivotar sobre la confrontación con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. El discurso de la presidenta en el reciente debate sobre el estado de la Comunidad, repleto de alusiones a los agravios que recibe Andalucía del Gobierno central, es buena muestra de esta apuesta. La cantinela del maltrato proporciona asimismo a Susana Díaz una herramienta para adelantar las elecciones autonómicas en el momento que considere oportuno, sin necesidad de circunscribirse a la negociación de los presupuestos, el otro escenario que permitiría justificar una decisión de ese calibre.

Porque, por mucho que lo niegue la presidenta, la cuestión capital en la política andaluza es la fecha electoral, una cuestión de la que dependen todas las estrategias. Fuentes del PSOE coinciden en que el plan original de Susana Díaz era convocar los comicios este otoño, pero dos factores bloquearon el plan: por un lado, la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba tras las elecciones europeas, lo que motivó que el congreso sucesorio llegase demasiado pronto para sus opciones. Por otro, la aparición de Podemos, que ha alterado el mapa electoral y ha dejado al PSOE lejos de una mayoría suficiente para gobernar en Andalucía.

Preparar el terreno

Sin embargo, Díaz sigue siendo partidaria del adelanto, y por ello elude comprometerse a agotar la legislatura —suele limitarse comentar que «es su intención»—. Un adelanto para el que ya se está preparando el terreno con la permanente denuncia de las «agresiones» de Rajoy a Andalucía, una circunstancia que permitirá a Díaz anunciar el adelanto electoral cuando vea oportuno, alegando la imposibilidad de gobernar ante el boicoteo permanente de Madrid al único gobierno progresista de España junto con el de Asturias.

La táctica es una reedición de la que utilizó con gran éxito Manuel Chaves en 1995 para terminar con el bienio de la pinza. Como entonces, se alude a un enemigo exterior que imposibilita la acción de gobierno. Las circunstancias ahora son incluso más favorables para el PSOE, ya que en aquella pinza estaba IU, mientras que ahora se puede plantear al votante las elecciones como un referéndum ideológico entre derecha o izquierda.

En este sentido, las pautas del adelanto electoral estarían claras. El mensaje socialista se centraría en aspectos muy definidos: andalucismo —defensa de Andalucía frente a los ataques del Gobierno central—, progresismo —defensa de las políticas solidarias frente a los recortes de Madrid— y personalismo —prevaleciendo la marca Susana Díaz frente a la del PSOE y contraponiéndola contra Rajoy, y no contra Juanma Moreno—. «La mejor vía para sacar del escenario a Podemos es difuminar las siglas de los partidos y plantear una elección entre conservadores y progresistas en la que Susana representa a la izquierda», advierte un dirigente socialista.

En este sentido, en el PSOE hay incluso quien apunta al entorno 28 de febrero, Día de Andalucía, como la fecha idónea para la cita con las urnas, para despertar en el imaginario electoral el recuerdo del 28-F de 1980 y el desmarque de «la derecha» del proceso autonómico. Una fecha que permitiría a Díaz superar la prueba de la cita con las urnas antes de unas elecciones municipales que se presentan inciertas para el PSOE y que podrían erosionar las opciones de Pedro Sánchez.

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