Médicos del SAS, obligados a dedicar sólo cuatro minutos a cada paciente

A golpe de recortes presupuestarios, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha instaurado las consultas exprés. Una visita al médico dura lo que tarda en esfumarse una canción en la radio. El tiempo máximo de atención que el SAS pone a disposición de cada médico de Atención Primaria es de seis minutos. Pero en la práctica cotidiana muchas veces no puede dedicar a cada paciente ni cuatro minutos. Así lo demuestra el listado oficial de usuarios asignado a un profesional de un centro de salud de la provincia de Sevilla en una jornada de trabajo, tal y como figura en el programa informático Diraya, el registro que utiliza el SAS para gestionar las citas.

La agenda es de infarto: en cuatro horas pasaron por su consulta 64 usuarios con patologías diversas y después tuvo que realizar visitas a domicilio hasta completar su jornada semanal de 37 horas y media. El promedio es de 3 minutos y 45 segundos por cada enfermo, según la agenda a la que ha tenido acceso ABC. A la carga habitual de pacientes que concertaron su cita por teléfono o internet, se unen los llamados «BIS», como el sistema cataloga a todos aquellos que han sido derivados desde otras consultas que se han cerrado por diversos motivos: la baja de un facultativo —que rara vez se cubre, según denuncian los propios profesionales—, o la realización de servicios de guardia. Como consecuencia, los enfermos son repartidos entre otras consultas.

Desde el Sindicato Médico Andaluz advierten de que ésta no es una situación puntual sino muy extendida en la red de centros de salud. «Se están cerrando consultas diariamente y no hay ningún centro de salud que se escape», denuncia el secretario general del Sindicato Médico Andaluz (SMA), Ángel Tocino. Este colectivo, que representa a la mayoría de profesionales de Medicina del sistema sanitario público, avisa de que aparte del cierre de camas en verano, en los ambulatorios funciona el «cierre de agendas» o de consultas.

Hay casos muy complejos que requieren más tiempo. Como mínimo, estima que hay que dedicarle 10 minutos a cada paciente, pero para ello habría que ampliar la plantilla, lo que choca con la actual política de recortes de la Junta en la sanidad pública.

La guía de objetivos tampoco les está poniendo las cosas fáciles. A pesar de la escasez de tiempo y de medios con que trabajan, la agencia dependiente de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales «premia» con incentivos a los profesionales que manden menos pacientes al especialista. Un objetivo incompatible con la sobrecarga de trabajo que soportan.

Tocino, que ejerce como médico de familia, explica que cada distrito sanitario cuenta con un «pool» de médicos de apoyo, compuesto por interinos y eventuales con una jornada reducida al 75 por ciento. Pero «el dispositivo es tan ajustado que cuando surge un imprevisto no se puede recurrir a ellos», indica.