Generación «sí-sí» con acento andaluz

Estudian, trabajan, emprenden y quieren comerse el mundo. El programa #Talentage ha descubierto el reverso de los «ni-nis»

encarna freire

03/05/2015
Actualizado 04/05/2015 a las 07:38h.

Han aterrizado en el mundo del trabajo por la puerta grande y sin enchufe. Estrenar vida laboral en una gran compañía —y con un directivo-tutor que les guía en su día a día— es un sueño hecho realidad. «Créetelo, confiamos en tí» les dijeron los organizadores de #Talentage a los treinta finalistas de esta competición de talento andaluz para que asimilaran que habían sido los elegidos. La Fundación Cruzcampo impulsa este programa con el objetivo de descubrir en las distintas universidades de Andalucía a jóvenes talentosos, ilusionados con aprender y triunfar en el mundo de la empresa, la antítesis de los apáticos «ni-nis ».

En esta iniciativa, que ya lleva dos ediciones, participan ABC como medio divulgador y la escuela de negocios ESIC , que aporta su elenco de profesores para las jornadas intensivas de formación. Por su parte, Heineken España , Persán y Cobre Las Cruces (CLC) son las firmas colaboradoras que han becado a los ocho estudiantes ganadores y les han facilitado un puesto en sus centros de trabajo, una merecida recompensa para quienes se han batido en una competición con otros mil estudiantes de toda la comunidad autónoma.

Además de los ocho vencedores , muchos de los 30 finalistas que llegaron a la última fase de selección también han encontrado una salida laboral gracias al trampolín de #Talentage. Para escalar hasta aquí todos tuvieron que acreditar unas altas notas académicas, buen nivel de inglés , demostrar aptitudes y actitudes personales en facetas como el liderazgo o el trabajo en equipo, y resolver con solvencia un caso empresarial.

En este reportaje seguimos la pista a cuatro de estos universitarios veinteañeros , que están acabando la carrera o el trabajo final de grado o montando ya su propia empresa.

Samuel Acera, Química y otras habilidades

Antes de entrar en #Talentage ya estaba madurando su propio proyecto empresarial. Su primera idea de negocio, que ya está cuajando como startup , no tiene relación alguna con su carrera de ingeniero químico . No obstante, Samuel Acera considera que estudiar una ingeniería «te aporta competencias que te hacen tener una mente resolutiva ante los problemas» que se presentan en la vida.

Sus 24 años no se compadecen con la madurez que trasluce el relato de sus experiencias estudiantiles y su faceta emprendedora, que ha plasmado ya en su empresa «Granada en pareja» , una aplicación móvil diseñada por él mismo, que ofrece planes de ocio alternativos a las parejas que visitan o viven en Granada, la ciudad adonde se desplazó desde su Badajoz natal para cursar los estudios. «El 50% del turismo que recibe Granada viene en pareja; ofrecerles una guía diferente a la de los circuitos tradicionales era algo que no se había explotado», explica.

Junto a un socio que estudia Comercio Internacional, Samuel está puliendo su idea, que también ha sido seleccionada por la aceleradora de empresas de EOI e Icade, Acelera Emprende.

Durante su paso por el programa de la Fundación Cruzcampo ha podido desarrollar habilidades sociales, como el carisma o cualidades directivas. «Los profesores de ESIC estaban muy preparados y me vinieron como anillo al dedo », subraya. Por otro lado, el «buen rollo» entre todos los participantes en la final es otro de los recuerdos que le quedarán de #Talentage, «excepto por las chicas que no se querían quedar a tomar la última copa», bromea.

Los primeros litigios de Pilar Ronda

Esta sevillana de 22 años está en el último curso de Derecho . #Talentage le ha abierto las puertas del bufete Cuatrecasas donde ha realizado unas prácticas en el área contenciosa o litigiosa. «En nuestra jerga», puntualiza, «contencioso sin más puede hacer referencia a contencioso administrativo y esa no ha sido mi área». En este primer acercamiento profesional a los tribunales, el principal cometido de Pilar ha sido contestar contenciosos relacionados con las cláusulas suelo y resolver acuerdos transaccionales.

«He estado en la otra parte, defendiendo los intereses bancarios, pero somos abogados y el cliente es el cliente », razona. También ha tenido la oportunidad de realizar alguna tasación e impugnación de costas judiciales y «¡asistir a un par de juicios con los abogados!», proclama ilusionada. «Recomiendo a todos que participen. #Talentage me ha dado una formación complementaria en disciplinas como marketing, promoción personal o trabajo en equipo, que son capacidades que no te enseñan en la Facultad», apunta.

Julio Celero y las ganas el primer empleo

Es uno de los ocho ganadores y su recompensa ha sido entrar en la multinacional Heineken (accionista único de la Fundación Cruzcampo), cuya sede en España se encuentra en Sevilla. Este joven onubense de 25 años ha cursado estudios de Ingeniería industrial. Su puesto en la compañía cervecera está enfocado al «rediseño para mejorar aún más la seguridad en los trenes de producción», explica. «También estoy realizando proyectos relacionados con almacenamiento de productos químicos y participando en la coordinación de equipos de rutas operacionales para mejorar los rendimientos en el área de materias primas », relata.

Aunque la beca prevista era de seis meses, la compañía ha ampliado su contrato a un año. «Si hubiese opciones, me gustaría quedarme aquí. Estoy muy contento y el ambiente y la empresa son geniales», señala Julio. Se presentó a la competición porque tenía «muchas ganas» de tener un primer empleo. «Talentage nos ha descubierto muchas facetas y experiencias que no esperábamos. Los coach nos han enseñado mucho y ha habido un gran compañerisno». Desde que ha entrado en el mundo laboral valora más los fines de semana, confiesa. «Es un reto diario que tienes que superar. He pasado de estar tranquilo en la vida universitaria a tener que organizarme para sacar tiempo para ir al gimnasio », explica.

Blanca cabrera, en la dinámica del trabajo

También ganadora en la segunda edición de #Talentage, esta cordobesa de 23 años ha entrado en la empresa sevillana de detergentes y suavizantes Persán . El puesto le viene que ni pintado puesto que su carrera es la ingeniería química . «Las tareas de las que me encargo son básicamente la supervisión de procesos productivos para que todo esté bajo parámetros y cumpliendo especificaciones, y que no existan problemas en las fabricaciones, etc». Actuar de « nexo entre el laboratorio y la planta real cuando se extrapolan los ensayos en pequeñas cantidades a las grandes producciones» es otro de sus cometidos.

«Estoy aprendiendo mucho. Antes había estado de prácticas en la refinería Gibraltar de Cepsa y tenía muchas ganas de seguir en la dinámica del trabajo. Trabajamos en un ambiente familiar y estoy muy contenta» apunta.

«Fue muy complicado competir. Había muchos Erasmus con gran dominio de idiomas. Todos gente muy formada. Recomendaría esta experiencia a todo el mundo».