reportaje
«En minuto y medio se pasan 500 cartones de tabaco desde Gibraltar»
Nada se mueve en el Estrecho sin que la Guardia Civil no lo detecte. ABC habla con el jefe de operativos del SIVE, el ojo que todo lo ve, el enemigo número 1 de narcos y contrabandistas
Probablemente no hay una franja más grande en España donde cualquier movimiento pueda ser identificado y grabado. Desde las costas de Huelva a las de Murcia el Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de la Guardia Civil controla todas las embarcaciones que se acercan al litoral. 24 horas, 365 días del año, no hay descanso. A diez kilómetros de distancia, de día o de noche, los radares y cámaras diseminados por la costa pueden detectar movimientos. A cinco mil metros ya son capaces de constatar con nitidez qué está ocurriendo en la embarcación . Desde el Centro de Mando y Control ubicado en la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras se centraliza toda la información recogida por los sensores. En la última semana han logrado incautarse de nada menos que 5,5 toneladas de hachís.
Casi acercarse a Tánger
Manuel Fuentes Muñoz es brigada del Instituto Armado y jefe del COS, Centro Operativo de Servicios. Todas las incidencias que llegan del 112 o del 062 más la información recibida del SIVE pasan por sus manos. Forma parte de ese tropel de trabajadores anónimos a los que debemos estar cada día seguros. Su demarcación en costas cubre 112 kilómetros, desde Zahara de los Atunes a Sotogrande. «La inmigración ilegal cada vez nos ocupa menos, los propios inmigrantes nada más dejar la costa llaman directamente a Salvamento Marítimo para que los rescaten . Ellos tienen convenios con Marruecos y se pueden acercar casi a Tánger sin problemas, nosotros es como si el Estrecho fuera una frontera imaginaria donde la mitad de sus aguas son españolas y la otra mitad marroquíes», explica Fuentes. Aunque el SIVE nació para controlar la inmigración ilegal ahora el tema «estrella» es la droga y el tabaco de Gibraltar.
Las «gomas» son las embarcaciones de los narcos, con motores de hasta 250 caballos
Un sitio puntero es el río Guadarranque, no navegable, donde los narcos, en «gomas» (como se conoce en el argot a las lanchas neumáticas de 13 o 14 metros de eslora) entran y salen a toda velocidad impulsadas por dos o tres motores de hasta 250 caballos. Una vez alcanzado el punto de entrega les aguarda la «colla». «La “colla” –nos aclara Fuentes–, puede movilizar hasta 40 o 50 personas. Son los encargados de asegurar el traslado de la mercancía; lo primero que hacen es vigilarnos desde puntos estratégicos, luego mover la droga desde los todo terrenos, robados, hasta las “guarderías” , el sitio donde guardan los alijos para ser luego distribuidos». Lo normal es que desembarquen en torno a la tonelada de hachís, aunque en algunos casos se ha llegado a los 1.800 kilos en fardos de unos 30-40 kilos.
Que el SIVE es un problema para los traficantes lo demuestra el número de veces que han intentado, algunas lo han conseguido, atacar las antenas y los radares. La mayoría tienen vigilancia telemática. Uno de ellos fue pasto de la llamas hace cinco o seis años. «Nuestro último ataque fue en diciembre, dispararon contra una cámara a larga distancia con una munición muy potente» , prosigue el brigada. El tiro no fue fortuito, el objetivo era muy claro, la cámara más potente del ojo que todo lo ve, la «que controla tanto la Bahía de Algeciras como la zona de Levante, de Sotogrande, donde más alijos desembarcan».
Con levante los narcos trabajan más
Fuentes lleva 37 años en el Cuerpo, comenzó en la aduana de la Junquera, en Gerona y explica como funciona el sistema. Cada operador puede elegir en cualquier momento a través de las pantallas qué quiere ver. Si una traza de radar indica que la embarcación navega a muy alta velocidad y se dirige a la costa entonces enfoca con la cámara de imágenes. Si es de noche con la de infrarrojos. «Cuando hay levante o bruma, trabajamos con la de infrarrojos, los narcos aprovechan estos fenómenos para incrementar su trabajo, pero nosotros los detectamos igual», aclara orgulloso del sistema Manuel Fuentes. «Cualquier incidencia de las cámaras o del programa informático, un técnico de la empresa Amper en quince minutos máximo lo soluciona», expone el responsable de mantener a raya a los «malos» . «Esto es una lucha contra el tiempo y el factor sorpresa, nosotros tenemos más medios, pero ellos movilizan mucha gente para un solo alijo», se lamenta el brigada.
«Salen en embarcaciones de cuatro metros y se traen ocho o diez cajas cada una»
Fuentes, cruz al mérito militar con distintivo blanco, entre otras muchas condecoraciones, nos explica el tema del contrabando de tabaco en Gibraltar. «Salen en embarcaciones de cuatro metros y se traen ocho o diez cajas, cada una de ellas contiene 50 cartones y en menos de minuto y medio llegan a aguas españolas ; esto cada noche es una fiesta, unas cinco o seis embarcaciones a diario. De la playa donde desembarcan al paseo marítimo de La Línea hay 25 metros y luego se meten por callejuelas muy estrechas, nuestro margen de maniobra es muy limitado», relata Fuentes. ¿Colabora Gibraltar con la Guardia Civil? , pregunta este redactor. «Sí, aunque poco, cuando se lo pedimos porque estamos desbordados, o por tierra o por mar con una patrullera, entonces descansamos un par de horas».
Las «libélulas» son pequeños helicópteros de un solo piloto, pintados de negro , que vuelan a baja altura para que no los detecten y cargan 350 kilos de droga. Tardan entre ocho y diez minutos en salir de la Península, cruzar el Estrecho, cargar y volver. «Se arriesgan mucho. Llevan un instrumental muy básico y se orientan por GPS y cámara térmica, sin luces», nos termina de explicar este especialista del Benemérito Instituto.
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