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historia

El verano en el que Andalucía quiso ser independiente

En Julio de 1893 los andaluces destituyeron el Gobierno y lucharon por la insurrección cantonalista

El verano en el que Andalucía quiso ser independiente abc

cristóbal villalobos

El 11 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya presentaba su renuncia irrevocable al trono de España , y regresaba a Italia, harto de ser el centro de una diana a la que disparaban carlistas, republicanos o monárquicos partidarios de la restauración borbónica en la figura del futuro Alfonso XII . Se iniciaba de esta manera la Primera República , presidida por Estanislao Figueras , que en cuestión de pocos meses sería sustituido por Francisco Pi y Margall , que acabaría por tener que dimitir, ante un país ingobernable que se fragmentaba en taifas durante un verano , el de 1873 , en el que buena parte de Andalucía quiso ser independiente.

El nombramiento del federalista Pi y Margall pretendía satisfacer y controlar las apetencias revolucionarias de los federalistas más radicales. Sin embargo, constituyó la puerta franca para que, de inmediato, en muchas ciudades de España se destituyesen , de forma violenta en multitud de casos, a los representantes del gobierno central y se declarasen cantones independientes : ciudades libres que, posteriormente, podrían federarse entre sí. La insurrección se extendió entre junio y julio de 1873 por Málaga, Sevilla, Cádiz, San Fernando y Sanlúcar , para pasar posteriormente a muchas poblaciones andaluzas.

Para intentar frenar la oleada revolucionaria Pi y Margall desarrolló , en un tiempo record, un proyecto de nueva Constitución, que dividía España en una serie de estados (Andalucía Alta, Baja, Aragón, Cataluña, Cuba…) que formarían, unidas, la República Federal . Tras tres días de debate, y tras perder la votación, Pi y Margall dimite , acusado por moderados y monárquicos de ser el responsable del cantonalismo. Le sucedería en la presidencia Nicolás Salmerón.

El nuevo presidente, apoyado por los monárquicos, recurriría a la solución militar para acabar con el problema. Nombró a los generales Martínez Campos y Pavía como capitanes generales de Valencia y Andalucía.Durante los meses de julio y agosto el general Pavía, con un ejército de unos 3.000 hombres , fue reduciendo una por una las diferentes ciudades y poblaciones andaluzas proclamadas como cantones independientes: Córdoba, Sevilla y Cádiz fueron las principales plazas tomadas, en las que las milicias nada pudieron hacer ante los militares. Málaga fue la última en caer en Andalucía , resistiría hasta el 18 de septiembre.

Ante tal inestabilidad y desgobierno, la insurrección cantonalista convivía con la Tercera Guerra Carlista y con los anhelos independentistas cubanos, a Salmerón le sucedería Castelar en septiembre de ese mismo año. El genial orador gobernaría hasta enero del 74, cuando el general Pavía entraría en el Congreso con sus tropas, disolvería las Cortes y entregaría el poder a un grupo de generales, que elevarían a la presidencia al general Serrano, responsable de la toma de Cartagena y que resultaría, a la postre, el último presidente de la I República.

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