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almería

El bisonte prehistórico, rico en omega-3

Investigadores de la Universidad almeriense corroboran este dato en un trabajo publicado en la revista «Scientific Reports»

El bisonte prehistórico, rico en omega-3 abc

R. P.

La hipótesis de partida planteada por los investigadores, liderados por el profesor José Luis Guil Guerrero, miembro del Campus de Excelencia en Agroalimentación en el Departamento de Agronomía de la Universidad de Almería (UAL), era que en Europa, durante la Edad del Hielo y tiempos inmediatos , la grasa subcutánea de los grandes mamíferos desempeñó una función primordial en la alimentación de los cazadores humanos del Paleolítico y Mesolítico, como fuente no sólo de energía, sino también de ácidos grasos omega-3 y omega-6.

El conocimiento sobre la disponibilidad de ácidos grasos omega-3 para los seres humanos en la prehistoria es muy relevante, ya que de ello se pueden sacar conclusiones útiles sobre los hábitos alimentarios saludables para los humanos de hoy en día. En el citado estudio se ha analizado la grasa de tres bisontes congelados encontrados en el permafrost de Siberia (Rusia) . Todos ellos procedentes del Holoceno temprano (con 8.000; 8.200; y 9.300 años de antigüedad, respectivamente). Las muestras se analizaron por cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas y FID. Estas contenían ácido α-linolénico (omega-3) en porcentajes muy elevados, además de otros grasos esenciales omega-3 y omega-6. En concreto, las cantidades de este elemento eran cuatro veces mayores a las que se encuentran en la grasa subcutánea del bisonte actual.

Según los investigadores, el excepcional contenido de omega-3 en los bisontes prehistóricos podría deberse al consumo de plantas criptógamas (musgos sobre todo), ya que han encontrado restos de estas en su aparato digestivo. Así, mediante consumo de grasa de bisonte, los cazadores del Mesolítico podrían haber satisfecho sus necesidades de omega-3 sin necesidad de recurrir a pescado o fuentes vegetales de los mismos, al mismo tiempo que cubrían sus necesidades de energía.

El trabajo, publicado en la revista «Scientific Reports» , se ha centrado en la grasa subcutánea de bisontes prehistóricos, que es lo que mayormente consumían los cazadores de la época, en lugar de la carne. La ingesta de alimentos proteicos, como la carne, tiene un límite diario, de aproximadamente un kilo, por ser tóxica en cantidades mayores. En aquella época, un cazador-recolector necesitaba al día más calorías que los hombres actuales, y la carne no podía proporcionarlas. Por tanto, la ingesta de grasa fue prioritaria en la prehistoria, en un contexto de escaso consumo de alimentos vegetales energéticos. De este modo, la grasa de animales como el bisonte proporcionó al hombre prehistórico energía y ácidos omega-3 simultáneamente.

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