La estación de autobuses de Jerez se cae a pedazos

La estación de autobuses de Jerez se cae a pedazos pese a su reciente construcción. No es una figura literaria: el Ayuntamiento ha tenido que vallar el exterior ante la caída de grandes losas del enlucido de la fachada por el peligro de que alcancen a un viandante. El PSOE ha vuelto a incidir en el problema destacando que estos desperfectos ofrecen una imagen «desoladora y poca atractiva» para los visitantes y ha exigido de nuevo al delegado municipal de Urbanismo, Agustín Muñoz, que ponga fecha y hora del inicio de los trabajos de reparación antes de que haya lamentar algún incidente. Muñoz (PP) anunció en abril una serie de obras que no han comenzado. La secretaria de organización socialista, Ainhoa Gil, ha dicho que «al día de hoy no se sabe nada» del proyecto.

El Ayuntamiento anunció en abril que reformaría el edificio aumentando la seguridad de las personas con mejoras en la fachada, puertas y marquesinas, en el sistema de detección de incendios, sótanos y aseos, nuevo sistema de incendios para archivos en el sótano, tope transversal para las ruedas de los vehículos en las dársenas, y funcionales –reinstalación de software de información-, revisión de megafonía, paneles u monitores, relojes y la remodelación de la antigua consigna.

 Lo más sangrante del caso es que todas estas anomalías las presenta un inmueble que fue entregado en 2006. Tiene una situación privilegiada porque se encuentra al lado de la estación de Renfe lo que facilita la interconexión entre ambos transportes ya que la línea férrea se prolonga solo hasta Cádiz capital y los viajeros que quieran desplazarse a localidades como Sanlúcar o Rota, o de la Sierra, como Arcos o Villamartín, lo deben hacer en autobús. La antigua estación sigue en pie sin que haya un proyecto para saber qué hacer con el inmueble. Parte de la superficie la ocupa un gran área comercial china.