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EFEMÉRIDE

La nueva vida de Las Tendillas

Hace 15 años, la céntrica plaza mostró por primera vez el aspecto que tiene hoy

La nueva vida de Las Tendillas ARCHIVO

LUIS MIRANDA

Las ciudades antiguas, y más las que tienen una historia como la de Córdoba, han crecido sin planificaciones sesudas ni proyectos cuadriculados. Su gente las forma y las deforma según las necesidades, y si van guiados por un poso sabio, como pasa tantas veces, no hay que temer ningún desmán. Hoy se cumplen quince años de la nueva vida de uno de los lugares emblemáticos de Córdoba. No es un sitio histórico y no lo fue después, pero es el Centro geográfico de la ciudad y su aspecto actual lo mostró por primera vez el 13 de mayo de 1999, y, como pasa tantas veces, su historia respondió tanto a un proyecto preconcebido como a las incorporaciones de última hora.

Hasta el año 1998, la plaza de Las Tendillas, el corazón de la nueva Córdoba que había crecido hacia la Villa para buscar el ferrocarril a partir del siglo XIX, era una especie de autopista urbana, con semáforos y coches, y una estatua solitaria en el centro: la del Gran Capitán, labrada por Mateo Inurria para otro lugar de la ciudad. La calle Gondomar ya era peatonal, con la semilla de comercios que hoy ha florecido y había que reconvertir la gran plaza.

El proyecto lo firmó el arquitecto Gerardo Olivares James y como pasa a veces, sufrió cambios, porque tocaba la estatua ecuestre de Gonzalo Fernández de Córdoba, a la que primero se quiso devolver a la avenida del Gran Capitán y luego cambiar de sitio en la misma plaza. 415.000 euros, 69 millones de pesetas de entonces, hubiera costado la operación, que generó una protesta casi unánime. También se contemplaban unas terrazas que se retiraron.

Finalmente se dejó donde estaba, se ancló al suelo y se ejecutó el proyecto en menos de un año, con un presupuesto de 260 millones de pesetas (1,5 millones de euros), de los que 200 los aportó Cajasur tras un acuerdo con el Ayuntamiento. Fomento de Construcciones y Contratas ejecutó las obras y en plena campaña electoral para las municipales de 1999 se inauguraron por parte del entonces alcalde, el popular Rafael Merino, el presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, y una niña llamada Rocío Ruiz Gallardo.

Para entonces Las Tendillas ya tenía su aspecto actual, con la fuente central en torno a la estatua del Gran Capitán, los parterres con bancos alrededor de los árboles y los característicos chorritos, tan refrescantes en verano y emblemáticos de la plaza desde entonces. No estaban en el proyecto original. Rafael Rivas, entonces teniente de alcalde de Infraestructuras, fue quien supervisó el proyecto y quien conoció los surtidores durante una visita a Las Rozas (Madrid). Le pidió a Gerardo Olivares que los incorporara y así lo hizo.

La «nueva» plaza de Las Tendillas se recibió con entusiasmo y curiosidad, aunque la obra emblemática de aquel mandato de Rafael Merino no le sirvió para conquistar la mayoría absoluta. Se quedó a unos pocos cientos de votos del concejal número 15 y vio cómo Rosa Aguilar le quitaba el sillón de la Alcaldía tras su primer pacto con el PSOE. Eso sí, ningún Gobierno municipal ha tocado la plaza desde entonces. Poco después de inaugurarse, los chorros y la fuente tuvieron su estreno a lo grande: en la noche del 30 de junio de 1999, decenas de miles de cordobeses celebraron allí el histórico ascenso del Córdoba a Segunda A, tras aquella victoria en Cartagena que ponía fin a un ostracismo de más de tres lustros en Segunda B.

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