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Leyendas

El lago Ness Cordobés

El famoso lago de las Tendillas es una poza de la capa freática con el agua que baja de la Sierra

El lago Ness Cordobés abc

Rafael Ruiz

Un lago bajo las Tendillas . El mito se ha convertido en una especie de leyenda ciudadana cordobesa, alimentada por dosis grandes de fantasía. Un lugar maravilloso con todo tipo de prodigios bajo los pies de la principal plaza cordobesa, el centro neurálgico de la ciudad. Durante generaciones, se ha convertido en esa leyenda que pasa de padres a hijos. Un lugar mítico . El lago Ness cordobés.

En realidad, la historia tiene menos de magia y más de geología. Efectivamente, existe agua bajo las Tendillas como hay debajo de toda la ciudad . La capa freática, alimentada del caudal que baja de la Sierra hasta el Guadalquivir por aplicación de la ley de la gravedad, es particularmente baja en todo el término municipal como saben los arquitectos e ingenieros que han tenido que rascar. La construcción de la Ronda de Poniente fue un ejemplo de ello. Cuando se hizo el túnel de los omeyas, el agua se tuvo que achicar a toda prisa.

Y bajo las Tendillas existe una bolsa de agua. No un lago propiamente pero sí una poza que, se calcula, se encuentra a entre ochenta y cien metros de profundidad. Alimenta, a su vez, a un venero, el de Santo Domingo, que dio de beber durante generaciones a los cordobeses de la zona cuando se dependía de pozos.

La entrada o las entradas al famoso lago son parte de la leyenda . La más famosa se encuentra en la antigua casa del agua de la calle Juan de Mena, hoy un edificio de apartamentos y que en su día fue sede del PSOE. El nombre de la finca es particularmente revelador. En su siglo, pudo ser un lugar donde adquirir o conseguir agua. Otra que pertenece al imaginario popular, o a contratados testimonios, es la casa Colomera, una de los edificios nobles de las Tendillas.

Rastrear a día de hoy los accesos resulta complejo. Las propiedades han optado por decir que el acceso están cerrados, probablemente, para evitar las visitas de los amigos del misterio. Una de las personas que sí estuvo hace décadas, cuando se publicaron los famosos reportajes del periodista Sebastián Cuevas en el diario La Voz de Córdoba, fue el ingeniero  Juan Chastang Marín.

Ahora tiene 93 años y una memoria prodigiosa. Emilio Molleja, que era el propietario de la casa del agua de la calle Juan de Mena (justo enfrente de la puerta trasera del Simago), puso a su disposición las llaves de la propiedad. Juan Chastang, autor de un interesante libro sobre las fuentes de Córdoba, asegura que el acceso se exploró hasta que el capataz de Emacsa que bajó más profundo consideró que ya no había seguridad . Un equipo de Procono Televisión realizó posteriormente, en los noventa, el reportaje que pueden ver junto a esta pieza sobre lo que vieron los exploradores.

Se trata de una antigua bodega por la que se accedía al caudal. La tesis más razonable es que esa poza, mal llamada lago, alimenta el venero de Santo Domingo que discurre por una parte del Casco Histórico. Hasta ahora, esa es la tesis racional más factible. El ingeniero, quien fue responsable de Emacsa y la CHG en Córdoba, asegura que la presencia de aguas subterráneas en la ciudad no tiene nada de misterioso . «La Sierra se alimenta de pozos que se encuentran a partir de 80 metros de profundidad», afirma.

Existen casos de edificios construidos en la ciudad que han tenido problemas por el proceso de erosión o lavado, que socava la firmeza de los cimientos. Fruto, sencillamente, del correr del agua bajo el piedemonte. Chastang asegura que, si no se investigó más y mejor, no fue por falta de curiosidad sino por falta de recursos, que eran necesarios en otras cuestiones . Las visitas junto a Manuel Salcines, Manuel Ocaña y Sebastián Cuevas no tenían más motivo que conocer mejor algo que formaba parte del imaginario popular.

¿Existe una forma de conocer la realidad del caso? ¿ De censar exactamente el agua disponible o la extensión y profundidad de la poza? Por el modelo tradicional, realizando sondeos o por medio de la tecnología disponible al uso. La realidad es que no se ha realizado un trabajo científico sobre el caso. Igual sea mejor así por la sencilla razón de que las leyendas son leyendas y que los mitos hay que respetarlos .

El lago Ness Cordobés

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