UNA RESPUESTA AL CHANTAJE DE PUTIN

VLADÍMIR Putin no ha dicho su última palabra en el conflicto ucraniano. Cortar el gas a Ucrania es una bravuconada, un chantaje, para obligar a las autoridades de Kiev a ponerse de rodillas, antes de empezar siquiera a negociar un alto el fuego en los enfrentamientos en las regiones prorrusas del este. Es un desafío abierto a Occidente y una muestra de lo que le importan las amenazas de ampliar las sanciones económicas. Frente a las peticiones de que contribuya a reducir la tensión, Putin prefiere seguir provocando, llevando a Ucrania a la quiebra, para mantener el pulso en el debate político interno y no tener que afrontar el hecho de que la economía rusa cae en picado por sus propios deméritos. Aún tiene fuerza para amenazar y hacer daño a sus vecinos, pero no puede permitirse perder los ingresos del mercado europeo.

Sin embargo, como se ha visto, el dirigente ruso no tiene más receta que la confrontación, bien de forma directa con los nuevos dirigentes ucranianos o bien a través de los secesionistas de las regiones orientales. Estados Unidos, y con más razón en Europa, debería ser consciente de que mientras Rusia no perfeccione su democracia las relaciones con este inmenso país serán siempre conflictivas. Una nación con déficits de libertad puede ser arrastrada más fácilmente a la excitación nacionalista y a la confrontación, mientras que ningún gobernante democrático se atrevería a utilizar el gas como medio de coerción. Las normas no son iguales para todos. No caben, pues, componendas.

Mientras tanto, la Unión Europea debe mantener una posición firme y razonable, que haga sentir a Moscú el peso de sus hondos errores. Negociar, sí, pero sin aceptar chantajes. Y para ello hay algo que puede tener más fuerza que ningún ejército: acciones concretas para reducir la dependencia energética del gas ruso. España, en este aspecto, tiene vocación de colaborar con su posición estratégica y sus conexiones con Argelia, a condición de que las obras de interconexión con la red europea se aceleren y se multipliquen.