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Trayectoria de «10»

Una cordobesa «excelente»

Ángeles Becerra es una de las ocho estudiantes becadas por el Centro de Investigaciones Cardiovasculares

Una cordobesa «excelente» abc

R. C. Mendoza

Ángeles Becerra tiene 18 años. Le gusta leer -el último título fue «La noche de los tiempos»-, la música, salir los fines de semana y de vez en cuando se da al mundo de la creatividad a través de la pintura. Parecería una chica normal, una joven de su tiempo, si no fuera porque esta cordobesa es una de las ocho estudiantes ganadoras de la beca del Programa de CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), un plan diseñado para alumnos «excelentes» de Bachillerato.

Para este grupo de escogidos el requisito ha sido obtener una media de 10 en los dos cursos de Bachillerato. Desde 2006, sólo 72 estudiantes han formado parte del proyecto «Acércate», que diseñó el afamado doctor Valentín Fuster.

El doctor Fuster vio en Ángeles Becerra talento en su máxima expresión. De hecho, ella es una de los dos andaluzas incluidas en este programa que se desarrolla desde el pasado 14 de julio en Madrid, y que está previsto que concluya el próximo 25 de julio. Aunque es consciente de que mientras ella se «machaca» horas y horas en un aula con clases teóricas y prácticas de laboratorio, muchos de sus compañeros están tumbados en una hamaca o tomando un baño en la piscina, la ya ex alumna del instituto Medina Azahara considera que su elección ha sido todo un «inesperado» premio. En poco más de dos meses iniciará el grado de Bioquímica en la Universidad de Granada, una ciudad que ha «preferido» tal vez para ir preparándose para un futuro que se antoja repleto de viajes a medio mundo en busca de formación. Sin embargo, mientras llega el paso a la universidad, se enfrenta a esta prueba.

Esta alumna «excelente» es una investigadora en ciernes. En Madrid forma parte de un grupo que practica a diario con labores bioquímicas aplicadas a la Cardiología. A ella le han llamado especialmente la atención, por ejemplo, las sesiones en las que ha introducido genes a una célula, los estudios de cómo se encuentran los citados genes o la secuencia del ADN. «Está muy bien ver cómo estás aplicando los conocimientos, porque te das cuenta de que lo que has estudiado empieza a tener sentido», explica Ángeles.

En este último tramo del proyecto, Ángeles Becerra, junto a sus siete compañeros de viaje, tendrán la oportunidad de compartir sus experiencias con el doctor Valentín Fuster, quien considera que empezar el programa de formación en etapas educativas tan tempranas es «clave» para atraer a los investigadores del futuro,

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