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BUJALANCE

Una vida calcinada

Una vida calcinada A. O.

POR ANDRÉS ORGAZ

Un matrinomino lo pierde todo en el incendio de su finca, denunciado ante la certeza de que ha sido intencionado

«Tengo miedo a quedarme sola en la finca, mientras mi marido está trabajando», asegura Ángela Bellido, una mujer de 76 años, nacida en Montilla pero afincada en Córdoba desde sus 18 años. Desde hace varias décadas es vecina de Bujalance, donde reside junto a su marido José Palos Collado, un salmantino de 84 años. Y es que, «estábamos en Torremolinos, pasando unos días», cuando Juan Rafael Llorente, el encargado de la finca Zapicos, en el término municipal de Bujalance y que es propiedad del matrimonio, «nos avisó de que habían incendiado nuestras naves y maquinaria agrícola». De esa forma tan abrupta acabaron sus vacaciones. «Volvimos de inmediato a la finca», relata José.

Los hechos se produjeron la madrugada del pasado lunes 7, según consta en la denuncia interpuesta ante la Guardia Civil, a la que ha tenido acceso ABC. De un día para otro, el individuo o grupo de malechores forzaron el candado de la valla metálica y prendieron fuego a las instalaciones. «Nos han calcinado dos naves, dos tractores agrícolas, una vibradora de olivos, un atomizador de sulfatar, una picadora de ramas de olivos y varias placas solares», que han generado unas pérdidas valoradas en más de 480.000 euros, apunta Ángela. Desde entonces, «no tenemos luz ni agua», solo la que, a tiempos, posibilita la impulsada por un compresor «que nos ha dejado un amigo», por eso, «tenemos que ir al pueblo para traer comida a cuenta gotas».

30 años de ahorro

Lo sucedido «es una ruina, porque no podemos comprar toda la maquinaria que necesitaremos para la próxima campaña de aceituna», cuando deberán recoger la cosecha de un total de 7.000 olivos, que el año pasado supuso la creación de un total de 15 puestos de trabajo. Un olivar distribuido en varias fincas adyacentes a Zapicos, una explotación comprada por Ángela y José hace más de 30 años con los ahorros de toda una vida en Córdoba dedicada a la alimentación «como dueños de Supermercados Palos».

Lo peor es que «no tenemos seguro y no podemos reclamar nada», por lo que «hemos solicitado ayuda a Asaja, al Ayuntamiento de Córdoba, la Diputación y al Ayuntamiento de Bujalance», hasta donde se han traslado «para que conozcan lo que nos ha pasado».

Tras la denuncia, la Guardia Civil ha comenzado las investigaciones para encontrar a los autores del fuego, «que no sé cómo podrán estar viviendo tranquilos», lamenta la propietaria, asegurando que «el incendio ha sido intencionado, y por una mala persona, que nos habrá cogido un coraje muy grande», sin sospechar del autor o autores de los daños, que han dando un brutal giro a la vida de Ángela y José.

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