POLÉMICA ABSURDA PARA UN ÉXITO DE ESPAÑA

DA la impresión de que los españoles no tenemos posibilidad de disfrutar de buenas noticias sin que tercien polémicas absurdas. La repatriación del religioso Miguel Pajares, infectado por el ébola en Liberia, culminó la ejecución de un proceso de buenas decisiones por parte del Gobierno, en el que se implicaron con éxito evidente todos los medios militares y sanitarios necesarios. Pero la buena noticia quedó desplazada por discusiones desmesuradas. La primera respondió a la torpeza del Ejecutivo de difundir la especie, ayer desmentida, de que se iba a cobrar a los Hermanos de San Juan de Dios el coste de la repatriación. No hay noticia de que tal cosa se haya hecho en otras repatriaciones –ya fueran de turistas, periodistas, pescadores o cooperantes, aún más costosas y complejas–, por lo que sorprende que el Gobierno no tuviera controlado este asunto de los costes económicos desde el principio. En todo caso, lo importante ha sido la rectificación de un nuevo error de coordinación interna del Ejecutivo al transmitir a la opinión pública su intención.

Mayor reproche merecen, sin embargo, quienes han cuestionado la capacidad y calidad de nuestro sistema sanitario público para acoger y tratar al sacerdote, e incluso la oportunidad de rescatar al misionero. La decisión del Gobierno español no pudo ser fácil, porque suponía convertir a España en el único país europeo con un paciente infectado de ébola. Precisamente por la gravedad de la decisión y de la situación, hay que apreciar con justicia el dispositivo sanitario organizado para la ocasión y que constituye una referencia para otros países. Se ha criticado todo lo que se podía criticar: la adecuación de los hospitales, la preparación de los profesionales y la desproporción del riesgo asumido. Pero ahora que la evolución de los acontecimientos está desmintiendo las profecías más negras, gracias a la excelente sanidad pública española, nadie reconoce el error de haber cuestionado la capacidad de España para aceptar un gran reto sanitario y logístico que, de nuevo, ha demostrado que no siempre sabemos hacer justicia a nuestro país.