Hazte premium Hazte premium

EL ÁNGULO OSCURO

SI ME NECESITAS, SILBA

JUAN MANUEL DE PRADA

Bacall era, también (y sobre todo), la viuda de Humphrey Bogart, aunque después de su muerte volviera a casarse otras dos veces

TENÍA unos ojos grandes que te hacían temblar de miedo o de deseo y una onda agreste en el cabello que a veces los ocultaba, como se oculta un pensamiento impuro. Era peligrosa como una pantera enjaulada, con una sonrisa socarrona que parecía estar de vuelta de todos los desengaños y de todas las resacas. James Ellroy podría haberla incluido en cualquiera de sus novelas ambientadas en aquel Los Ángeles pútrido y eléctrico de los años cuarenta/cincuenta: un relámpago de satén iluminando la noche, una mirada felina arrastrando a la perdición a cuantos hombres se cruzan en su camino, una risa áspera y poco femenina acompañando la derrota mohína de sus pretendientes. Lauren Bacall era la femme fatale, la mantis religiosa, la gata de ojos de ágata.

Y era, también (y sobre todo), la viuda de Humphrey Bogart, aunque después de su muerte volviera a casarse otras dos veces, aunque protagonizara multitud de escarceos eróticos; y es que no todos los días se casa una con un mito. Se conocieron durante el rodaje de Tener y no tener, adaptación de uno de los relatos más horrorosos (y ya es decir) de Hemingway dirigida por Howard Hawks. Hawks se había enamorado de la gata Bacall, después de verla en la portada de Harper’s Bazaar: tenía tan sólo diecinueve años y ni puñetera idea de interpretación, pero Hawks consiguió convencer a los jefazos de la Warner de que su mera presencia física bastaría para poner cachondo al público masculino. Por supuesto, a Hawks no se le pasó por la cabeza que su gatita pudiera enamorarse del coprotagonista, un gastado Bogie veinticinco años mayor que ella, con su incipiente calvicie, su perpetuo mohín de desencanto, su voz roedora, su aliento fragante de whisky y tabaco. Y, en efecto, durante las tres primeras semanas de rodaje, la gata Bacall ni lo miró a la cara; pero, a la tercera semana, a Bogie se le hincharon las pelotas, entró en el camerino de la gata y la besó como sólo saben besar los machos (los pocos que vamos quedando). Y la gata Bacall se rindió ante el feo Bogart, que se la llevó a casa, dejando con dos palmos de narices al Pigmalión Hawks. No hay nada que dé más placer que birlarle la novia a un amigo que va de sobrado.

La gata Bacall, ya lo dijimos, era un relámpago de satén iluminando la noche; pero Bogie supo domarla. En lo que no quiso seguirla (y aquí se demuestra que Bogie era un hombre cabal) fue en sus simpatías pelmazas por el partido demócrata. Cuando los pulmones de Bogart, asfaltados de nicotina, enfermaron de cáncer, la gata Bacall se lió con Frank Sinatra, que se la llevaba de farra a Las Vegas, capital de su emporio mafioso, y le comía la oreja susurrándole baboserías de crooner. Bacall negó siempre que su relación con Sinatra comenzase antes de que muriese Bogart; pero varios biógrafos aportan pruebas que nos inclinan a sospechar lo contrario. Ya se sabe que no se puede tener una pantera enjaulada impunemente; y Bogart no creo que lo ignorase.

Pero, si le fue infiel, recibió con creces su castigo. Porque Lauren Bacall, mientras el mundo sea mundo, será la chica de Bogart. Y estoy seguro de que ella misma, en la hora vertiginosa de la agonía, recordaría la risa roedora de su macho, el mohín desencantado de sus labios, su aliento fragante de whisky y tabaco, y volvería a escuchar, como en un bisbiseo, aquel diálogo inmortal de Bogart en Tener y no tener: «Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. Sabes silbar, ¿no? Sólo tienes que juntar los labios y soplar. Y yo acudiré a la llamada».

Y Bacall silbó, llorosa y arrepentida de sus escarceos. Y Bogie acudió a la llamada. Los machos de verdad siempre se apiadan de las gatas sin dueño.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación