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Con el dinero destinado a los cursos se habrían costeado 210.000 másteres

La tasa de paro en Andalucía se ha duplicado entre 2001 y 2013 a pesar de los 5.100 millones de crédito que la Junta ha dedicado para formación

EDUARDO BARBA

La Justicia viene dejando meridianamente claro en los últimos años que el paro galopante en Andalucía ha servido de suculento negocio para algunos. O para muchos. Está por ver cuántos. Los expedientes de regulación de empleo (ERE), las prejubilaciones, los cursos de formación ocupacional... Miles de millones destinados desde la Administración —esto es, desde el bolsillo de los ciudadanos— entre los que un montante considerable se defraudó. También está por ver cuánto exactamente, algo que quizás no se sepa nunca. Lo que sí se conoce sin género de duda es que todo ese dinero ha servido de bien poco. Al menos, en lo que a las partidas para formación a parados se refiere. Si tenemos en cuenta las cifras oficiales, el fiasco en esa política por parte del Gobierno andaluz es clamoroso.

Según las cifras oficiales, las de la Cuenta General de la Junta de Andalucía, desde el año 2001 hasta el 2013, en los presupuestos autonómicos se han incluido créditos para formación profesional ocupacional o para el empleo (la partida 32D) por valor de 5.100 millones de euros. Ese ha sido el dinero disponible (no el que se ha llegado a ejecutar, pero sí el que se ha dispuesto en la cuenta) para la formación de personas que necesitaban encontrar un trabajo. Hasta el año 2010 fueron 4.022 millones, según esa cuenta oficial. Pues bien, 5.100 millones después (estamos hablando de 846.600 milones de las obsoletas pesetas para impartir cursos), el número de parados en Andalucía es el triple que en 2001 y la tasa de desempleo, casi el doble.

Repasando las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), se observa que una vez concluido el segundo trimestre de 2001, la tasa de paro era del 18,3%, mientras que al finalizar el segundo trimestre de este 2014 es del 34,7%. La correspondiente a una cifra: 1.400.300 parados en la comunidad, bastante más que los 536.500 de junio de 2001. Números elocuentes que vienen a refrendar que el desempleo no ha ido precisamente a mejor a pesar del ingente coste para los bolsillos de los andaluces que pagan impuestos. Fracaso total de los gobernantes regionales. Eso sin contar todo lo que se ha desviado de forma irregular por cursos que no se han dado, claro está.

Cualquier extrapolación de estas cifras de dinero y de parados a otros escenarios, a otras hipótesis de inversión pública (por estos lares impensables), resulta impactante. Una que puede permitir un análisis llamativo bien podría ser aplicar ese dinero a formación en empleo recibida, por ejemplo, en un máster. Teniendo en cuenta los precios actuales de ese tipo de cursos de maestría para convertirse en especialistas en empleo o empresa, si se hubieran usado los fondos de la Junta de Andalucía en ello, el resultado sería todo un ejército con una enorme preparación al asalto del mercado laboral o emprendiendo. Algo muy alejado de lo que se ha hecho con los parados andaluces. Así, con esos 5.100 millones de euros se podrían haber costeado nada menos que unos 210.00 másteres en las universidades públicas; o hasta 85.000 másteres de los más caros de España, los de primer nivel y con mayor prestigio; o prácticamente 57.000 másteres de los más caros en las principales universidades privadas o escuelas de negocio internacionales (Iese, Esade...), donde los precios llegan a 90.000 o hasta 100.000 euros el curso. Si el dinero público se hubiera aplicado a formación puntera, hubiera dado para todo eso.

El que ha destinado la Junta de Andalucía en subvenciones sí ha dado para algún máster, eso sí. Por ejemplo, para los del hijo del exconsejero Ángel Ojeda, que ha liderado toda una trama de sociedades y fundaciones que han obtenido de las arcas públicas unos 50 millones de euros en los últimos años que, según las investigaciones de la Policía Nacional, se han defraudado en gran medida puesto que no se han justificado. El hijo del que fuera consejero de Hacienda, Marcos Ojeda, sí se benefició de cursos de maestría con ese dinero de los andaluces. El ejecutivo andaluz, con sus ayudas, financió los estudios de postgrado del vástago de Ojeda en tres de las escuelas de negocio más elitistas del planeta, radicadas en Nueva York, Londres y Hong Kong.

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