Doblete de Pepe Díaz sin frutos

Lo tuvo en sus manos y al final lo dejó escapar. La buena fortuna de Pepe Díaz ayer con el gol —con un doblete— casi le permite al Lucena llevarse los tres puntos ante un Granada B que llegó a quedarse con nueve hombres (uno de los jugadores ocupando incluso la plaza de guardameta), pero que en el último suspiro de un largo descuento de cinco minutos sacó petróleo de un saque de esquina que Araújo remató logrando la igualada final.

Con todo a su favor, el equipo celeste no supo encontrarse en el campo y se vio a un equipo diferente al de la pretemporada, pero porque el rival, el filial nazarí, supo interpretar bien su papel, aunque andaba espeso para la definición y no supo encontrar huecos para profundizar las jugadas. Así, los de Juan Arsenal fueron incapaces de retener el balón para crear su juego y aún así, la genialidad del cuco les permitió adelantarse con un disparo duro a la escuadra cuando quedaban escasos minutos para irse al descanso. La sensación de que el fútbol no es justo se palpó en el ambiente, pero no iban a ser los aficionados celestes quienes se quejaran del resultado.

A la vuelta de los vestuarios el panorama seguía siendo el mismo, con un Lucena divorciado del balón, mientras que su rival lo mimaba más y mejor. Fruto de ese entendimiento vino el gol del empate de parte de Cuero, que supo rematar uno de esos balones con sabor a caramelo cedido por Clifford.

La cosa se ponía un tanto oscura para los locales, pero la suerte volvió a tocarlos con su varita mágica con la expulsión por doble amarilla de Álex, mientras que el delantero de Almodóvar forzó al portero Cristian a derribarlo en el área, provocando no sólo un penalti, sino también la expulsión del guardameta rival. Boateng lo sustituyó bajó los palos y no pudo hacer nada ante el lanzamiento de Díaz.

Parecía que los tres puntos se iban a quedar en casa, pero el descuento fue demasiado para los locales y Cristian Bravo, haciendo honor a su apellido, logró la igualada.