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a El Arcángel

JOSÉ M. DOMÍNGUEZ

Nabil Ghilas disputó tres partidos del pasado Mundial de Brasil, siempre partiendo desde el banquillo, 39 minutos en total. No pudo evitar la derrota (2-1) de Argelia frente a Bélgica, ni tampoco pudo ver puerta en la victoria (2-4) de su selección ante Corea del Sur. Contra Rusia, volvió a saltar al campo en la segunda parte. El marcador reflejaba un 1-1 que permitía a los suyos superar la fase de grupos. A Ghilas le tocó morder para aguantar el resultado. Se fajó en defensa e incluso vio una tarjeta. Pero mereció la pena. Alemania esperaba en octavos... Y el Córdoba le esperaría, el 1 de septiembre, para hacer historia de una forma bastante peculiar. Porque la relación del club blanquiverde con los mundiales es muy escasa en lo que respecta a jugadores. La aportación del equipo a la nómina de las distintas selecciones ha sido mínima incluso durante los dorados años sesenta. De hecho, a Ghilas le bastaron aquellos 39 minutos para convertirse en el único jugador de la historia que ha defendido la camiseta de su país en la Copa del Mundo y, durante el mismo año, ha integrado la plantilla del Córdoba.

Hay que retroceder mucho en el tiempo, concretamente hasta el Mundial de 1966, para encontrar a dos cordobesistas en la convocatoria española para una misma fase final. O, mejor dicho, a uno que acababa de irse, Miguel Reina, y otro que llegaría cuatro años más tarde, Manolo Sanchís. Este último acudió a la cita tras proclamarse campeón de Europa con el Madrid «Ye-yé». El zaguero —padre del mítico capitán del conjunto merengue en los años noventa— marcó un gol frente a Suiza que daba aire a España en la primera fase, pero las derrotas ante Argentina y Alemania Federal cortaron en el tercer partido la andadura de España en aquella edición. Miguel Reina, que competía por un puesto bajo palos con José Ángel Iribar, no pudo disputar ninguno de los tres encuentros. El hoy concejal de Deportes comenzó la campaña 65-66 como blanquiverde. Sin embargo, la insistencia del Barcelona hizo que el club ribereño lo traspasase en enero, por lo que acudió al Mundial como azulgrana. Reina defendió por última vez la portería del Córdoba el 23 de enero de 1966, precisamente contra el Real Madrid de Sanchís.

Estados Unidos 94 también reunió a dos jugadores que terminarían vistiendo la camiseta blanquiverde. Uno de ellos, Oleg Salenko, escribió su nombre con letras de oro en aquel torneo. Seis dianas convirtieron al ruso en pichichi del campeonato, empatado con el búlgaro Hristo Stoichkov. La historia del exvalencianista en el Córdoba fue mucho menos gloriosa. Salenko acumulaba casi dos años sin jugar, como consecuencia de una grave lesión de rodilla, cuando aterrizó en El Arcángel en 1999 y no anotó ningún gol.

De aquel Mundial 94 volvería a nutrirse el Córdoba años más tarde. Fernando Cáceres, central del equipo argentino, desembarcó en la ribera del Guadalquivir en verano de 2004 procedente del Celta. Disputó 11 partidos como califal antes de marcharse a Independiente. Unos meses antes, el mercado invernal de la temporada anterior dejó caer en El Arcángel otro de los pocos nombres que asociaría la historia del Córdoba a la de los mundiales: Dante López. Quizás su juventud excusó en cierto modo que no llegara a celebrar ningún tanto pese a jugar 14 partidos. Sin embargo, un par de años después, vistió la rojiblanca de Paraguay en el Mundial 2006.

Sólo un futbolista de cuantos han pasado por el Córdoba puede presumir de haber participado en dos ediciones de la Copa del Mundo: Lauren Etame. El camerunés, que disputó cinco partidos como cordobesista en el tramo final del curso 09-10, gozó de minutos con su selección en Francia 98 y Corea y Japón 2002. Por su parte, Nico Olivera también acudió a la fase final del Mundial 2002 con el combinado uruguayo, pero tuvo que conformarse con presenciar desde el banquillo la eliminación de su equipo. En el Córdoba, dio muestras de su calidad durante el curso 2003-04.

El último caso de cordobesistas que acudieron a un Mundial con la «Roja» lo protagonizó Roberto Fernández. El ex de Castellón, Valencia, Barcelona y Villarreal colgó las botas en el Córdoba en 2001. Una década antes, fue internacional en Italia 90.

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