LA FORMACIÓN PROFESIONAL GANA PESO

La Formación Profesional (FP) está destinada a jugar un papel protagonista en la educación y, por tanto, en el empleo juvenil, ya que el mercado laboral demanda cada vez más personal cualificado. De ahí, precisamente, que el incremento de alumnos que viene registrando esta rama sea una buena noticia. En concreto, los estudiantes de FP han aumentado en más de 90.000 respecto al curso anterior, hasta situarse en un total de 793.034, superando así, por primera vez, a los de Bachillerato (705.231), según los datos presentados ayer por el Ministerio de Educación. Parte de este incremento se debe al trasvase de alumnos a la nueva Formación Profesional Básica que ha propiciado la reforma educativa (Lomce), pero también a la creciente tendencia a cursar FP, puesto que su alumnado no ha dejado de subir en los últimos siete años.

España lleva mucho tiempo sufriendo un preocupante déficit en la educación de grado medio, que urge resolver mediante el fomento de la Formación Profesional. El mercado de trabajo demanda profesionales cualificados, pero el porcentaje de estudiantes de FP en España apenas supera el 30 por ciento, frente a casi el 60 de la media europea. La elevada tasa de paro juvenil responde, en parte, a este desajuste, ya que muchos jóvenes abandonaron la escuela prematuramente, sin obtener una cualificación mínima, debido a que el sistema educativo carecía de incentivos precisos para que continuaran desarrollando sus habilidades con el fin de aprender un oficio. El impulso del Gobierno a la FP y su mayor peso entre los estudiantes facilitarán su acceso al mercado de trabajo y otorgarán a los jóvenes ciertas garantías de éxito a la hora de encontrar un empleo estable y de calidad.