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El Córdoba paga la novatada en el derbi ante el Sevilla (1-3)

Bacca y Mbia aprovechan los errores blanquiverdes y dejan en anécdota el gol de Borja García

El Córdoba paga la novatada en el derbi ante el Sevilla (1-3) valerio merino

josé m. domínguez

Ahora sí. El Córdoba ya está vacunado en Primera. Las tres primeras jornadas no le bastaron para aprender a protegerse. Lo del Bernabéu sólo sirvió para celebrar el ascenso. Y en los siguientes envites, ante equipos más accesibles, ya descubrieron los blanquiverdes que los errores tienen un precio mucho más caro que cuando se pagaban con la plata de Segunda. Aquí, en la élite, valen oro. Contra el Celta y el Almería, supieron responder los pupilos de Ferrer. Pero contra el Sevilla no demostraron la experiencia adquirida.

Careció de intensidad y concentración el Córdoba en el arranque. Pecados que pocas veces deja sin penitencia la Primera División. El Sevilla, desde luego, no los perdona. Una pifia de Pantic le bastó a Aleix Vidal para llevarse la pelota sin oposición hasta el fondo y poner un balón atrás para que Bacca despertase al Córdoba con el 0-1. Pero no lo hizo el cuadro blanquiverde, que pudo encajar el segundo en otra contra sevillista que abortó Juan Carlos con una salida tan desesperada como impecable. Posiblemente salvó el portero la sentencia, pese a que sólo se habían jugado diez minutos de partido.

Nunca quiso la posesión la escuadra de Emery, que prefirió ceder el cuero y muchos metros a su rival. Sólo entonces, una vez pasado el ecuador del primer acto, comenzaron a ofrecer signos vitales los de casa. Cartabia intentó tirar de los suyos y se llevó un par de faltas en la línea de tres cuartos. Crespo, muy motivado ante su ex equipo, subió por la izquierda con insistencia y casi marca en una acción que abortó in extremis Aleix Vidal.

Quizás llegó demasiado pronto el descanso para los blanquiverdes. Lógico, teniendo en cuenta que habían empezado a competir un cuarto de hora después que sus oponentes. Tras la reanudación, le contaría bastante más generar peligro al equipo de Albert Ferrer. Muy cómodo, esperó el Sevilla y salió a la contra, como un tiburón, cada vez que olió sangre. Suárez sirvió medio gol a Bacca en el minuto 57 y Juan Carlos, con otra mano milagrosa, se vio obligado a insuflar de nuevo oxígeno a un partido que pudo morir mucho antes.

El 0-2 no cayó finalmente a la contra, pero era cuestión de tiempo y llegó a través de la estrategia, la otra gran arma del conjunto de Nervión. M'bia cabeceó y una falta lateral y dejó la contienda vista para sentencia. Se resistieron a asumirlo los de siempre. El de este año, Cartabia; y el de hace dos, Borja. El argentino centró desde la derecha para que el madrileño volviese a marcar en El Arcángel. El 1-2 dejaba todo en el aire, por absurdo que pudiese parecer, a falta de cinco minutos. Pero entre Pantic y el árbitro regalaron un penalti al Sevilla con el que Bacca cerró el marcador y reafirmó la lección que deberá aprender el Córdoba: no se puede fallar tanto.

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