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gloria

Veinte años de oro en la Fuensanta

La patrona de Córdoba celebra este sábado en su santuario las dos primeras décadas desde su histórica coronación canónica

Veinte años de oro en la Fuensanta archivo

luiis miranda

Las coronaciones canónicas ya no eran ya tan excepcionales como lo habían sido en el pasado, aunque aquel día sí tuvo para la Iglesia de Córdoba y para la religiosidad popular el sello de lo extraordinario, de lo que no se repite. Aunque se habían repetido los rituales en toda la diócesis y en la misma capital, ningún día había tenido el carácter histórico del 9 de mayo de 1965, cuando se distinguió a la Virgen de los Dolores. Hasta el día domingo 2 de octubre de 1994, hace ahora veinte años. Fue cuando se coronó canónicamente a Nuestra Señora de la Fuensanta, patrona de la ciudad, en una jornada que resumió una devoción grabada en la historia de la ciudad.

La parroquia celebrará esta tarde a las 20.00 horas una misa como acción de gracias por los veinte años de una jornada que llegó tras una larga e intensa preparación. La Agrupación deCofradías, que la tiene como patrona, inició los trámites a mediados de los años 80, bajo la presidencia de Juan Villalba. A comienzos de la siguiente década, la meta estaba a la vista y la coronación canónica estaba concedida. En aquel momento la Virgen de la Fuensanta no salía de su santuario de forma regular y verla en la calle era extraordinario.

Programa de actos

Por segunda vez en Córdoba, se empleaba una corona de oro para ponerse sobre las sienes de una imagen de la Virgen, y otra para el Niño Jesús que lleva en brazos. Tras un largo e intenso programa de actos, la Virgen de la Fuensanta tuvo un triduo preparatorio en la Catedral en los días previos a la coronación canónica, y desde allí salió en la mañana radiante del 2 de octubre hacia el altar, sobre la peana de plata de Jesús Nazareno. Como había pasado en Córdoba, se había preparado un espacio al aire libre, entonces el Bulevar del Gran Capitán.

Allí esperaba el Nuncio de Su Santidad en España, en aquel momento Mario Tagliaferri, que sería el encargo de poner la corona sobre la imagen hallada en el Pocito. El entonces obispo de Córdoba, José Antonio Infantes Florido, dispuso la misma presea en las sienes del Niño Jesús, un gesto que debe ser anterior al de la Madre, según prescribe la liturgia para las ocasiones en que se distingue a una imagen de este tipo.

Llegaría luego la vuelta multitudinaria hasta el santuario de la Fuensanta y el recuerdo permanente de la Agrupación de Cofradías, que tradicionalmente acudía cada día 2 de octubre al santuario y celebraba allí sus tomas de posesión.

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