Dubái, el alma gemela de Córdoba

«En Córdoba ya no tenemos otoño». Lo decía ayer el concejal Rafael Navas en referencia al calor soportado por la ciudad en los últimos días. Y concretaba: «hemos estado hasta a 38 grados». Exactamente la misma temperatura que reina en Dubái durante estas jornadas en que la delegación cordobesa que participa en el X Foro Económico Islámico Mundial se empeña en encontrar oportunidades en un mercado que venera a «Qurtuba».

Es otro paralelismo más entre ambas capitales. Un dato que hace que se aproximen sus realidades y que a los representantes de Agrópolis se le abran las puertas con más facilidad. Ayer, segunda jornada del cónclave, la agenda la tuvieron plagadas de citas. Primero presentaron la fundación Agrópolis, después el Instituto Halal y posteriormente el Parque Joyero.

Y los encuentros no quedaron ahí. Además mantuvieron reuniones con los responsables de la Cámara de Comercio de Dubái, sancta sanctorum de los buscadores de inversionistas que recalan en Emiratos Árabes Unidos -se trabaja en un encuentro empresarial en Córdoba para marzo de 2015-, y de la Oficina Comercial de la Embajada de España, organismo que se encarga de preparar hojas de ruta para avanzar con garantía entre mezquitas y rascacielos.

Y, según afirmó Rafael Navas, también vicepresidente de Agrópolis, la cosa promete. Hasta el punto de que, según mantuvo, se han producido «algunas oportunidades de negocio que ahora hay que concretar».

Son los avances alcanzados de momento en este encuentro entre dos ciudades que «aparentemente pueden parecer opuestas, alejadas tanto física como culturalmente. Pero las similitudes entre la Córdoba medieval, colmada de esplendor bajo el gobierno de sus califas, y la actual Dubái, cosmopolita y multicultural, son más de las que a simple vista podemos dilucidar».

Quien lo escribe es Ramsi Jazmati, director adjunto a la Presidencia del Instituto Choiseul de España, que conoce bien ambas urbes. Y se explica a la perfección: «Actualmente Dubái cuenta con la presencia de gentes llegadas de diferentes partes del mundo, dispares en sus rasgos culturales, pero que comparten un mismo objetivo que es el de prosperar. En la Córdoba del siglo X, la convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, provocó el crecimiento de la ciudad hasta límites nunca vistos en los que las transacciones comerciales regían».

Es otro denominador común que juega a favor de los representantes de Córdoba. Hoy, durante la sesión de clausura del foro, Navas hablará en nombre de la ciudad para despertar el interés de un mercado integrado por 1.500 millones de personas y que cuenta con un sector financiero que mueve un billón de dólares.