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incompatibilidad de cargos

El alegato de despedida de Nieto

En su adiós a la Cámara, el regidor defendió el papel de los políticos con dosis de autocrítica

El alegato de despedida de Nieto efe/ raúl caro

m.p.a.

«Fruto de una norma que no comparto y que no comprendo, pero que, evidentemente, acato y acepto, porque esa es la base del Estado de derecho, ésta es la última actividad que realizo como parlamentario andaluz, por lo menos en el futuro inmediato...». De esta forma, el alcalde de Córdoba y ya exparlamentario andaluz José Antonio Nieto comenzaba el alegato de despedida como diputado que pronunció el pasado martes desde la presidencia de la Comisión de la RTVA de la Cámara andaluza. Ese mismo día ,el BOE publicaba la sentencia del Tribunal Constitucional que desestimaba el recurso del Gobierno contra la Ley Electoral andaluza. Esta norma impuso la incompatibilidad de cargos para alcaldes y parlamentarios.

Nieto, que llevaba en el Hospital de las Cinco Llagas desde marzo de 2008, defendió el papel de los diputados autonómicos con cierta autocrítica, en unos tiempos donde la opinión pública mantiene a raya y distancia a la clase política, que opta por el «perdón».

«El día que nos demos cuenta de que cuanto más se parezca el político a la persona, más dignificaremos la vida política, y más cerca estaremos de los ciudadanos, probablemente menos fingiremos en los debates; menos forzaremos las posturas, menos nos alejaremos de la lógica y menos buscaremos la diferencia y más aquello que nos une y compartimos», expresó, según el Diario de Sesiones de la citada comisión parlamentaria.

El cuestionado papel actual de la clase política, y en concreto, el trabajo de los parlamentarios regionales en medio de un fuego cruzado de críticas no pasó desapercibido. «No estamos pasando el mejor momento en la política, pero de nosotros depende que seamos capaces de recuperar esa confianza que los ciudadanos necesitan tener en sus representantes», dijo. Un apego quebrado «por distintas razones, algunas dentro y otras fuera» de la política que ponen una «distancia excesiva» entre ambas partes, señaló. A renglón seguido, concluyó defendiendo el «trabajo digno, esforzado, sacrificado y probablemente no reconocido» de los parlamentarios, sin olvidar que la presunta mala imagen de esta figura tiene «varios culpables».

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