Ocho paraísos para los buscadores de setas en Córdoba
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Ocho paraísos para los buscadores de setas en Córdoba

Desde noviembre a diciembre y de abril a mayo se pueden encontrar en la provincia de Córdoba diferentes especies de setas comestibles. ABC recomienda ocho enclaves

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Desde noviembre a diciembre y de abril a mayo se pueden encontrar en la provincia de Córdoba diferentes especies de setas comestibles. ABC recomienda ocho enclaves

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  1. Trassierra (Baños de Popea-Arroyo Bejarano)

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    Los Baños de Popea y el Arroyo Bejarano son un auténtico paraíso por su riqueza ecológica. Muchos son los que al visitarlos quedan asombrados por un verde que no lo hay en ningún otro lugar. Las plantas trepadoras, las galerías de árboles esconden un verdadero jardín micológico. Se trata de uno de los bosques de ribera más atractivos para los amantes de las setas, concretamente, la seta del chopo (Agrocybe aegerita) o la Cagarria (Morchella pseudoumbrina) también conocida como «cagarria», muy apreciada, pero que por su color crema amarillento se camufla muy bien entre la masa de hojas que cubre el suelo de los castañares donde suele crecer, y requiere grandes dosis de paciencia y experiencia para descubrirlas, según recogen los expertos en Andaluciaecologica.org. A pocos kilómetros de distancia, en el núcleo de Trassierra existe un punto de información micológica a la que se puede acercar.

  2. Eremitorio del Padre Cristóbal

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    Escondido en Sierra Morena, el Eremitorio del Padre Cristóbal, en las proximidades del camino de Santo Domingo de Silos, custodia uno de los lugares preferidos por los amantes de las setas. Un rincón de la Sierra de descanso espiritual para muchos que otros rastrean entre sus jarales, alcornocales y castaños en busca de los tradicionales níscalos (lactarius deliciosus), presente en las cartas de los restaurantes cordobeses. En el apartado de «boletus», también se pueden llevar a la cesta setas que se pueden encontrar la lactarius lepidum, conocido como boleto atractivo por su gran tamaño y coloración o el «hongo negro» (boletus aereus), cuyo color varía del casi negro, a tonalidades pardas y ocres cuando madura.

  3. Lagar de la Cruz Verde (Sierra de Córdoba)

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    A sólo 10 minutos de Córdoba, en la carretera de Villaviciosa, las setas se encuentran entre los montes cerrados de alcornocal, pinar, encinar y jaral. Un paraje natural, considerado como un auténtico tesoro por los amantes de la naturaleza, con senderos en altura de difícil acceso pero un jardín de setas desde el que además se puede disfrutar de las vistas que ofrece de la ciudad. Níscalos, boletus y el rebuscado hongo negro en la Sierra de Córdoba, en estado puro. El único problema es que la mayor parte de esta zona la conforman fincas privadas.

  4. Arroyo Pedroche

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    La ribera del Arroyo Pedroches es uno de los rincones tradicionales donde buscar setas. Se trata de un monte bajo recorrido por un arroyo que abasteció durante siglos a la capital cordobesa con una extensión de 12 kilómetros de los cuales los últimos 1.800 metros se encuentran conducidos bajo tierra. Una zona, por tanto de bosque de ribera salpicada por las variedades tradicionales de setas como la seta del chopo (Agrocybe aegerita), la más buscada o la «Cagarria» (Morchella pseudoumbrina) o el champiñón. «El arroyo Pedroches esconde setas muy interesantes desde el punto de vista científico con variedades que no se encuentran en la sierra, por el suelo calizo, con especies raras como (Xerocomus persicolor), pero no comestibles», asegura Tomás Illescas, presidente de la Asociación Micológica Sierra de Córdoba.

  5. Villaviciosa

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    Villaviciosa, la cuna de las monterías por excelencia, es uno de los términos municipales con mayor riqueza micológica de Andalucía. Los datos de la Junta reflejan que se pueden llegar a recoger más de 40.000 kilos de níscalos (Lactarium deliciosus) al año. Otra de las especies también en abundancia es el denominado faisán del pino (Suillus bellini), aunque menos apreciado por la gastronomía. Este año ha sido especialmente lluvioso y los expertos aseguran que al haberse mantenido las lluvias las especies termófilas han fructificado.

  6. Subbéticas

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    Priego, además de poseer el Barrio de la Villa y ser una de las cunas del Barroco andaluz también esconde un verdadero muestrario de setas. Las Subbéticas son el único lugar de la provincia donde se puede encontrar la preciada trufa negra.

    Este parque natural está conformado por encinar-quejigar mediterráneo en el que afloran gran cantidad de especies micológicas. Las más buscadas son la seta del álamo y las colmenillas. Pero sin duda, uno de los grandes atractivos para los amantes de las setas es el Jardín Micológico La Trufa. Lugar de obligada visita para niños y mayores que además pueden disfrutar del sendero botánico-micológico de Santa Rita.

  7. Sierras Montoro-Cardeña

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    La Sierra de Montoro-Cardeña es uno de los lugares elegidos por los buscadores de setas en la provincia de Córdoba. En estos parajes donde aún pervive el lince ibérico, es fácil encontrar desde el faisán de jara (Leccinum corsicum), una de las setas más preciadas en la zona. Se trata de un auténtico manjar que se consume de manera tradicional pero no se comercializa. La receta no puede ser más sencilla: faisán de jara al ajillo salteadas con un toque de guindilla. Entre tanto, la Sierra de Montoro Cardeña como el resto de Sierra Morena esconde setas venenosas, como las temidas Amanita phalloides, Amanita muscaria, ésta última se puede confundir con la comestible (Macrolepiota procera), pero sumamente tóxica.

  8. La Sierrezuela

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    Posadas, en el Valle del Guadalquivir y a las faldas de Sierra Morena, es una de las localidades con mayor tradición micológica. El parque periurbano de La Serrezuela es uno de los territorios más transitados para la búsqueda de setas. De hecho, cada año, el pueblo acoge a numerosos aficionados a las setas en sus jornadas micológicas. Sus pinares esconden, principalmente, los preciados níscalos (lactarius deliciosus).

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