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Los banqueros centrales disparan al Ibex a su mejor sesión en año y medio

El BCE inicia la compra de titulizaciones y avanza más medidas y China baja los tipos para reactivar su economía

MONCHO VELOSO

las Bolsas y otros indicadores financieros volvieron a evidenciar ayer la elevada dependencia que ahora mismo tienen los mercados de la política monetaria. La volatilidad y los «números rojos» del día anterior habían coincidido con la ausencia pública de los banqueros centrales. Ayer hicieron acto de presencia algunos de ellos. Por un lado, el Banco Central Europeo (BCE) inició la ya anunciada compra de titulizaciones y, por si fuese poco, hizo más explícita su intención de estimular aún más la recuperación económica de una Eurozona alicaída. Con idéntico objetivo el banco emisor de China recortó sus tipos de interés. Y entonces se desató la euforia entre los inversores.

Valga como ejemplo que el Ibex 35, que el jueves retrocedió un 1,62%, rebotó ayer un 3,05%, su mayor subida desde abril de 2013, esto es, en año y medio. Impulsado por la banca y las constructoras, dos de los sectores más castigados en el parqué en las últimas semanas, el selectivo español recuperó este viernes los 10.500 puntos, que había perdido a principios de octubre.

La Bolsa española no fue en todo caso la más afortunada de la sesión. La de Italia, país que junto a Francia centra todas las preocupaciones del área euro por su debilidad económica y la falta de reformas, se disparó un 3,88%. París, por su parte, ganó un 2,67%, Fráncfort un 2,62% y la Bolsa de Londres repuntó un 1,08%.

La primera noticia con la que los inversores se lanzaron a comprar fue la bajada de tipos aplicada por China, cuyo banco central recortó en 40 puntos básicos el interés de referencia aplicado a los préstamos a un año, hasta el 5,6%. El gigante asiático, empeñado en crecer a tasas superiores al 7,5%, busca así relanzar su economía, que en el tercer trimestre avanzó un 7,3%, su crecimiento más bajo desde principios de 2009.

Lo que de verdad agitó las plazas del Viejo Continente fue la política monetaria comunitaria, que Mario Draghi viene flexibilizando desde el pasado junio ante la debilidad de la Eurozona y con el fin, por tanto, de incentivar la financiación a la economía real y por tanto el crecimiento del PIB. El BCE puso ayer en marcha la adquisición de créditos titulizados (ABS), vía por la que da liquidez a los bancos al comprarles préstamos a empresas e hipotecas que las entidades han titulizado, mercado ahora en el dique seco.

Draghi: «Haré lo que deba»

Más aún, Fráncfort, que a finales del mes pasado empezó a adquirir bonos garantizados en el mercado y acumula ya 10.485 millones de euros en cédulas, fue ayer mucho más explícito a la hora avanzar nuevas inyecciones de liquidez en los próximos meses si la economía europea no remonta el vuelo.

«Si nuestra política monetaria no es suficientemente efectiva en su trayectoria actual o si se materializan más riesgos para las perspectivas de inflación, aumentaremos la presión y ampliaremos más los canales a través de los que intervenimos, modificando adecuadamente el tamaño, ritmo y composición de nuestras compras», aseguró Draghi. «Haremos lo que debemos para incrementar la inflación y las expectativas de inflación lo más rápido posible, como requiere nuestro mandato de estabilidad de precios», añadió, recordando que ahora mismo el IPC comunitario se sitúa en el 0,4%, muy lejos del objetivo del 2%.

Con esas palabras Draghi dejaba entrever una más que probable intervención del BCE en el mercado de deuda pública con la adquisición de títulos soberanos. De hecho, los mercados, según Ana Rivero, directora de Producto de Santander Asset Management España, lo dan por hecho y avisa de que «se empezarán a poner nerviosos» si no ven esa actuación en torno al primer trimestre del próximo año. Las palabras de Draghi también resonaron en ese mercado y la rentabilidad del bono español a diez años, que hace dos años llegó a superar el 7%, cayó ayer al 2%, nuevo mínimo histórico, de forma que la prima de riesgo cerró la jornada en 124 puntos básicos.

«Quién disparó el mercado fue Weidmann –presidente del Bundesbank– al apoyar las palabras de Draghi», apunta Joaquín Robles, analista de la agencia de inversión XTB, en referencia a las habituales discrepancias entre el banquero italiano y el Bundesbank alemán. De aquí a final de año aún queda una reunión del consejo de gobierno del BCE, y una subasta de liquidez, lo que puede traducirse en nuevos estímulos para la economía real. Y para el mercado.

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