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El yacimiento turístico a explotar

El yacimiento turístico a explotar valerio merino

B. LÓPEZ

¿Saca Córdoba todo el partido turístico posible a Medina Azahara? Los datos y los expertos apuntan a que no. Más valorando que es un bien totalmente singular: la única ciudad islámica que se conserva en Europa (siglos X y XI). Y es que, por ejemplo, en 2013 ocupó una discreta cuarta posición entre los monumentos con más tirón turístico en la ciudad. Sumó 162.969 visitas, muy lejos de la Mezquita-Catedral (1,4 millones); el Alcázar (428.124) y la Sinagoga (344.250). Este hecho se repite en el tiempo.

Y llamativo es su poco atractivo entre los extranjeros. El pasado ejercicio, sólo el 27% de los que disfrutaron de ella fueron foráneos, cuando los viajeros de fuera de España tienen mucho más peso por estos lares. En 2013, 44 de cada 100 viajeros que pernoctaron aquí venían de otros países.

A la hora de captar visitantes, tiene la desventaja de estar a ocho kilómetros de la capital y de no contar con un horario tan amplio como el de la Mezquita-Catedral y el del Alcázar (bien municipal, aunque en colaboración con el sector privado se ha aumentado el tiempo que se puede contemplar). Estas dos joyas patrimoniales marcan distancias al abrir el lunes —el yacimiento, gestionado por la Junta, no se puede visitar ese día— y dar la posibilidad de disfrutar de ellas por la noche. En Medina Azahara, la Consejería de Cultura estudia incorporar el próximo verano a la ciudad palatina a su programa de funciones teatrales nocturnas en monumentos.

Ahora bien, su explotación turística sí tiene camino andado. El hito principal se dio en 2001 cuando acogió la exposición «El esplendor de Los Omeyas». Ahí, demostró su potencial. Ese año logró su récord de visitas, 411.398.

Más allá de eventos puntuales, Medina Azahara se acercó más a los turistas cuando en 2003 arrancó el autobús al yacimiento. Y en 2009 fortaleció su atractivo con su Centro de Visitantes, en el que se invirtieron 22 millones. Contribuyó a que ese ejercicio haya sido el mejor en el número de personas que disfrutaron de la ciudad palatina (198.334), a excepción, claro, del año de Los Omeyas. Su encanto duró poco —años después, incluso sufrió goteras y problemas eléctricos— y Medina Azahara empezó en 2010 a perder atractivo hasta hundirse en 2012 (157.371 visitas). Y sus malos datos llegaban en un trienio en el que la capital ganó turistas de forma considerable. Cultura movió ficha. Tras 28 años al frente de Medina Azahara, destituyó en enero de 2013 como director a Antonio Vallejo. Él entendía el yacimiento sobre todo como un espacio de investigación. Cultura tendía más a promoverlo como reclamo turístico, aunque sin situar esa visión por encima de su vertiente científica. Por lo pronto, en 2013 ganó visitas (3,6%) y en 2014, hasta agosto, muchas más: 7,8%.

Los expertos en turismo coinciden en que no se está sabiendo rentabilizar el monumento. El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Córdoba, Antonio Caño, afirma que «a Medina Azahara no se le saca ningún partido turístico». Luego, matiza: «Ahora, quizás un poquito más. Durante muchos años estuvo en manos de conservadores que sólo miraban lo arqueológico». Esgrime un dato: el 69% de sus visitas son individuales. Eso denota que «no está en el mercado» de los turoperadores. Cree que «estamos perdiendo una gran ocasión» de disponer de un bien de «primer orden mundial». Como soluciones, plantea incorporarlo al resto de recursos turísticos de la ciudad, su promoción internacional y dinamizarlo con actividades culturales que favorezcan su atractivo. Esto último lo ha propuesto su asociación sin éxito el último lustro, si bien, reconoce, hay dificultades legales para realizar actos en Medina Azahara.

Mejora notable

El vicedecano de la Facultad de Ciencias del Trabajo, que incluye la titulación de Turismo, y profesor de Análisis de los mercados turísticos en el máster de Gestión del Patrimonio desde el Municipio de la UCO, Fernando Lara, defiende que el yacimiento ha tenido «una mejoría notable» con elementos como el Centro de Visitantes. Pero de inmediato avisa de que «Córdoba no le está sacando todo el partido turístico a Medina Azahara; en absoluto». Para elevar su atractivo, sería necesario enfocarla «al viajero de nivel cultural alto, sin marginar a otro tipo de visitante, siempre que no se masifique» o analizar la realización de actos culturales en el complejo.

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