Hazte premium Hazte premium

EL NORTE DEL SUR

BORRIQUITO COMO TÚ

España en estado puro: un tipo fuera de sí, un burro muerto, los políticos ajustando cuentas, una manifestación en domingo

RAFAEL ÁNGEL AGUILAR SÁNCHEZ

LA niebla al amanecer. Córdoba parece una ciudad del centro de Europa. Los primeros coches que pasan por la calle con sus luces encendidas. Los conductores que vencen la última madrugada con sus faros de un color amarillo apagado, pobre. Al otro lado de las ventanas empañadas no hay más que un velo blanco y espeso y la penumbra de algunas habitaciones de los bloques de la acerca contraria de la avenida. La radio que repica las noticias. Huele a café, a tostadas, a la primera prisa del día, a restos de barro en una mochila de la escuela, a paraguas que no han terminado de secarse durante la noche. «Estamos en las puertas de la Navidad», dice el locutor antes del boletín informativo. Un periodista que da los titulares. Otro que los desarrolla a continuación. «En Lucena, que es una localidad del sur de la provincia de Córdoba», aclara el locutor. La historia es la del burro. La del tipo que se subió encima, o que le dio golpes y acabó por dejar al animal listo de papeles. El peligro de montar un portal de Belén con seres vivos es que el riesgo de que uno de los figurantes cause baja durante la exposición no hay que desdeñarlo. Tampoco el de que aparezca un descerebrado por el chiringuito y quiera hacer una gracia, salir en los periódicos, convertirse en el personaje del año, en la bestia negra de la causa animalista.

En realidad, la hazaña de este tipo que liquidó al burrito molesta tanto porque no hace sino retratar una parte sonrojante de las fiestas que ahora empiezan. La versión navideña de tirar a una cabra del campanario. El paso adelante es que al menos ya ha dejado de hacer gracia, el elemento involucionista se resume en la exageración. Vale, el asno murió. Veamos qué paso, que quien se excedió con la gracia se las vea con el juez y aquí paz y después gloria. Pues no. Esto es España. Esto en Córdoba. Así que el suceso va a traer cola. Es una causa de ésas en las que siempre hay voluntarios para dejarse la piel y llevar las cuerdas vocales al límite de su resistencia. Hasta Podemos, tan atento, ha hecho bandera del tema. Mañana hay convocada una concentración en la plaza de localidad en la que el Belén se ha quedado huérfano. Empieza uno por echarle al alcalde la culpa del infortunio del borrico y termina por exigirle al presidente del Gobierno que promueva una ley para prohibir los zoológicos en todo el territorio nacional. En la Subbética no se habla de otra cosa. En la capital tampoco. Los partidos políticos de la comarca se han dado prisa en verle al asunto toda la turbiedad de la que quizás carece por quedar demostrado que se trata, ni más ni menos, que de un tipo que perdió los papeles y se cebó con el pobre animal. Falta que alguien pida una comisión de investigación para aliñar las crónicas de la prensa internacional. España sigue siendo diferente. Un burro muerto, un hombre fuera de sí, una manifestación en la primera plana de un boletín de radio en una mañana de niebla europea.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación